Nuria Cortina inaugura exposición en la Galería de Arte Marmurán de Alcázar de San Juan
La pintora Nuria Cortina inaugura el próximo 27 de Octubre a las 20.30 horas en la Galería Marmurán (Calle Castellanos 37, de Alcázar de San Juan. Ciudad Real) su obra más reciente.
Nuria Cortina, licenciada en Bellas Artes por la Facultad de San Fernando de Madrid y graduada en Artes y Oficios por la Escuela Massana de Barcelona. Catalana de Barcelona, pintora de refinada sensibilidad, ha llegado a la abstracción lírica, después de un riguroso proceso de síntesis de las formas del mundo. Su pintura es ahora serena, silenciosa, intimista, de sutiles acordes de color. Es una pintura de muy sugestiva entidad poética, mediterránea, es decir, clara, sentimental, lógica.
SONATA Nº 1 PARA UNA EXPOSICIÓN
La luz penetra por la ventana del estudio a primeras horas de la mañana. Nuria esta allí, mirando de frente el cristal, plano que separa lo externo de lo interno. Medita y mide la luz que traspasa la estancia, revisa su espacio y elige el material de trabajo. Después, solo habita el silencio, ese estado de la mente, allí donde no hay palabras.
El estudio se remansa de luz, y sus manos acarician papeles reposados sobre la mesa, recorre con sus dedos las ondulaciones rugosas de la materia de algodón blanca y su mente se pone en movimiento. Busca en el archivo de la memoria, traza dibujos en el plano reflexivo y descompone fragmentos de papel que deposita sobre cartulina. Añade una línea y las neuronas se activan, caen puntos suspensivos, suspendidos de su cerebro que se transforman en materia sobre la hoja de trabajo y su mente gira en la dirección que han caído los pensamientos hechos materia.
Ahí está la obra de Nuria, en una mañana de luz y silencio, cuando suena Bach y las notas del clavicémbalo se filtran por la ventana de su estudio en claves de Schwiters a kandinsky, siempre a la búsqueda de sus límites, como si el teclado que ahora suena, lo estuviera descomponiendo entre sus manos y los acordes flotasen en difícil armonía invadiendo la estancia. Cada nota de color, cada movimiento de materia abstracta, está colgada, suspendida en el aire, como si fuese fácil componer jugando con lo sencillo sin romper el equilibrio entre fugas y contrapuntos enlazados en armonía.
La obra de Nuria es música, movimiento pausado que invita al ensimismamiento en apariencia tan sencilla que uno siente la tentación de tocarla levemente como quien acariciase a hurtadillas las teclas de un piano en el límite del silencio para evitar ser delatado.
Andrés Escribano