La cafetería del Hotel Ínsula Barataria de Alcázar de San Juan volvió el pasado viernes a ser objetivo de los ladrones. Según explica su responsable, Pedro del San, los hechos ocurrieron en torno a las 6 de la mañana y el método utilizado para entrar por la fuerza en el establecimiento fue idéntico al practicado hace unas tres semanas, cuando esta misma cafetería también fue asaltado por amigos de lo ajeno que aún no han sido identificados.
En esta ocasión, los daños también son similares a la vez anterior, incluso mayores, porque, según detalla Pedro del San, los ladrones destrozaron la caja registradora y el ordenador que lleva incorporado, la máquina de fichar de los empleados, diversos enseres del restaurante y, en especial, las máquinas tragaperras (que, según el hostelero parecen ser el objetivo principal de estos delincuentes). Los daños, según Del San, son cuantiosos y aunque en algunos casos vayan a quedar cubiertos por el seguro «el quebranto que nos han vuelto a ocasionar ha sido tremendo, no sólo por los daños, sino por el tiempo que se tarda en reponer y recuperar todo lo destrozado». De hecho, según añade, todavía tiene cubiertos con plásticos algunos cristales rotos del establecimiento que los ladrones rompieron durante le robo anterior.
Pedro del San se siente desconcertado e indignado ante la repetición del suceso. Y más porque, según tiene entendido, «parece ser que han sido los mismos ladrones que robaron en Alderete»; aunque no puede confirmar tal afirmación y confía en que los Cuerpos de Seguridad detengan finalmente a estos individuos. Afirma, contestando a preguntas de El Semanal, que se siente inseguro, pues, en el caso de Barataria, mientras los ladrones están robando en la cafetería, tenemos a clientes durmiento en el hotel, donde también hay turno de noche para el personal.
Por ello y para evitar que los robos vuelvan a producirse, el responsable de Barataria ha decidido dejar las máquinas tragaperras sin dinero durante la noche, es decir vacías y con la recaudación resuelta, «para que no las revienten y sepan que ya no dejamos dinero».
En cuanto a la Justicia, Pedro del San lamenta que «estos individuos estén en la calle al día siguiente de pisar el juzgado». Sabe que el problema principal es la lentitud a la hora de juzgar y condenar a estos delincuentes; y pide por ello celeridad y contundencia.
Contrariamente, en el caso de la Policía, valora positivamente y agradece la rápida respuesta que han demostrado siempre que les ha requerido, aunque el problema, tal y como apunta, «es que los ladrones actúan con mucha rapidez, pues en apenas dos minutos, entran, destrozan, roban y se van». «Apenas da tiempo a llamar a la policía cuando ya se han ido», señala.
