ENCUENTRO CON NUESTROS MAYORES

Encarna Salcedo: la bella voz de Alcázar

Por Antonio Leal Jiménez
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Encarna nació el septuagésimo quinto día en el calendario gregoriano, cuando aún quedaban 290 días para finalizar el año, en una casa situada en la calle D. Rafael Mazuecos. A los pocos años sus padres se trasladaron a vivir al barrio de los Hermanos Laguna. Terminó sus estudos primarios en el colegio José Luis Arrese a la edad de 14 años, habiendo permanecido antes el ¨La Ferroviaria". Junto a su hermana Chari y en su propia casa, aprendió el oficio de pantalonera y aun recuerda todo el proceso que realizaba para la confección de un pantalón. Con cierta nostalgia va relatando los pasos: primero la toma de medidas, que es lo que le da exactitud al pantalón. Posteriormente, cortar directamente la tela con esas medidas, marcarla con jaboncillo y sobrehílarla. Si el pantalón es de caballero lo embolsillalba y en el caso de los de señora juntaba simplemente las piezas, las delanteras con las traseras. Finalmente motaba la prenda, la cosía y le coloca la cinturilla y la cremallera, aunque muchas veces las piezas venían ya cortadas y la confección se simplificaba. Disfrutaba mucho realizando este oficio y le hacía sentirse útil y muy activa. Hoy casi ha desaparecido y es muy raro encontrar a personas que quieran vestir con prendas hechas a medida.

   De joven su lugar preferido de Alcázar era la Castelar, y siempre esperaba que llegara el fin de semana para salir a pasear y poder ver y hablar con conocidos/as y amigos/as. Después ha disfrutado más de los espacios naturales y abiertos, los cerros -desde donde se divisa el horizonte, los diferentes colores y matices de la tierra- y los espacios culturales y museísticos, los edificios históricos, etc.

   Encarna es de las personas que disfrutan al máximo cantando, pero también escuchando. Defiende con capa y espada que la cultura se impregne en la vida social. Desde muy joven ya cantaba en el coro de Santa Quiteria, dado que allá por donde iba, sin que ella tuviera especial empeño, destacaba su voz. Siempre ha sentido la necesidad de cantar. Se emociona, cuando canta en público y trata de generar entusiasmo en los demás.

   A los dieciséis comenzó a salir con Daniel Escribano, al que ya conocía por ser uno de los componentes de los "Espaciales" y lo persuadió para que colaborara en el coro tocando la guitarra. Así empezó a surgir "Palabras". Años más tarde se casaron y como todos los que formaban "Palabras" comenzaron a evolucionar socialmente. Las canciones que cantaban eran “armas cargadas de futuro” como decía Gabriel Celaya, que colaboraba en el grupo "Jarra de Zurra" y después formaron "Noviembre" con Rafael Lillo. Hasta el día de hoy han editado cinco discos de larga duración y un single. De entre todas las canciones la que más eco ha tenido, por el momento en que se publicó, fue la "Jota de Cabañeros", aunque no eran un grupo folk sino cantautor. En la actualidad continuan después de tantos años, con su compromiso musical y textual, hasta que el cuerpo les "aguante".
Para Encarna, la emoción es un factor fundamental cuando canta, siente la música y trata de concectar con el público y tocar la fibra sensible para transmitirle lo que quiera comunicar con una melodía al fondo. Sabe elegir muy bien las canciones adecuadas para conectar con las distintas audiencias y las interpreta de forma genuina y profunda.


PREGUNTA: ¿Cómo definirías que una persona es mayor?
RESPUESTA: A una persona se la considera mayor por cumplir años, porque se hace más conservador, pero en el pensamiento no es así. Hay personas con cuarenta años que ya lo son y otras que como yo nos seguimos sintiendo jóvenes.

P. El paso del tiempo ¿te ha enseñado a relajar tu carácter y a relativizar las cosas? ¿cuáles consideras que son los rasgos más importantes del carácter que hay que tener para una feliz convivencia?
R. Si, el paso del tiempo ha hecho que vea las cosas con más tranquilidad. Es lo que tiene cumplir años. No todo va a ser malo, ja, ja ,ja. Para convivir es fundamental el respeto mutuo, ponerse en el lugar del otro, aceptar los defectos de los demás porque yo también los tengo.

P. ¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido en la vida? ¿consideras que hay que decir siempre lo que se piensa?
R. He aprendido a no hacer a los demás lo que no quiero que me hagan a mi, pero no siempre se puede decir la verdad, sobre todo a nivel personal en los casos en que la verdad puede hacer un daño innecesario. Aunque ya se sabe que, socialmente, la verdad nos hará libres.

P. ¿Cómo describirías el trabajo de un Ama de casa? ¿crees que ser Ama de casa apenas tiene reconocimiento y que prácticamente hasta el día de hoy se asume casi por imposición?
R. Las de nuestra generación lo teníamos asumido, aunque no estuviéramos de acuerdo. En mis tiempos jóvenes nunca se le ha dado el valor que tiene el trabajo de la mujer en el hogar, ahora se comparten más las tareas, afortunadamente cambian los tiempos y cambia la consideración de ese trabajo.

P. ¿Piensas que hacerse mayor es algo positivo y no es un problema, sino un reto? ¿Qué te hubiera gustado hacer y aun no lo has realizado?
R. Hacerse mayor tiene aspectos positivos, cumplir años y, por tanto, haber vivido para contarlo, no es poco. Quizás me hubiera gustado, me gustaría todavía, grabar nuestras canciones con una buena producción, cantarlas con una sinfónica, acompañada de mis hijos que son buenos músicos. Pero, en general, mis deseos son sencillos y la mayoría se han cumplido, ver a mis hijos y nietos crecer, haber compartido escenario con ellos y con artistas reconocidos nacionalmente, seguir viviendo con mi compañero a pesar de los años trascurridos… Me viene a la memoria, por un lado, las actuaciones con “Palabras”, los diez años que cantamos para colaborar en la transición democrática, lo bien que nos lo pasábamos juntos, el concierto que dimos hace tres años coincidiendo con el cuarenta aniversario de la creación del grupo, por otro lado, ya con “Noviembre”, el Concierto por Cabañeros de Ciudad Real en una plaza de toros llena de gente cantando la Jota junto con Javier Krahe o en Anchuras con Paco Ibáñez y Carmen Martín Gaite, o en la fiesta de Castilla La Mancha de Guadalajara, las actuaciones por pueblos y ciudades en tantos lugares y con tantos artistas.

P. Cuándo te dicen que eres mayor para hacer alguna cosa, ¿cómo reaccionas? ¿Has sentido que la vida se pasa en un abrir y cerrar de ojos? ¿Crees que cualquier tiempo pasado fue mejor?
R. No ha llegado ese momento aún, pero seguramente reaccionaria mal a no ser que tuviera un impedimento físico o mental que lo justificara. Esa sensación de que la vida se va con rapidez la he notado más en los últimos años, por eso digo siempre a mis hijos que disfruten cada momento, que sólo vivimos una vez. La nostalgia de la juventud nos lleva a pensar que el tiempo pasado fue mejor, pero en realidad el mundo camina, a pesar de todo, a un futuro cada vez mejor, en esto no debemos dejarnos llevar por la emoción.

P. ¿Te sientes dividida entre el amor por la familia y tu pasión por la música? ¿Quién te inspiró a cantar? ¿Cuál es tu canción favorita para interpretar?
R. No dividida sino complementada, son dos pasiones compatibles, pero si tuviera que elegir, siempre elegiría a mi familia, a pesar de lo que amo la música.
   Yo cantaba desde pequeña copiando coplas de las artistas que había entonces. Me hacían cantar en las fiestas familiares, con la vergüenza que me daba, y me daba la vuelta o me escondía. La voz que más influencia ha te  ido en mí ha sido la de Amaya de Mocedades, o la voz femenina de Los Cinco Latinos, y muchas más. No tengo una canción concreta que me guste cantar, lógicamente las de “Noviembre” o “Palabras”, pero también de otros autores. Siempre he admirado, dentro de lo que se llama la canción ligera, la voz principal de Desencadenando Melodías, bueno y muchas más.


P. ¿Qué intención tienes cuando cantas? ¿Qué canción crees que te representa mejor? ¿Qué es lo que más te inspira a la hora de cantar?
R. Cuando canto quiero trasmitir lo que siento, ponerme en el lugar del autor y de la historia que cuenta y emocionarme para poder emocionar, por eso las canciones que más me gustan son las intimistas o las que hacen tomar conciencia de injusticias sociales de modo que, a través de las emociones, se reflexione sobre los problemas. Cuando estuvimos en Macón, Francia, por ser ciudades hermanadas, en un momento, durante el concierto, Daniel comentó, para que se lo tradujeran a los presentes, que lamentaba que no se pudiera captar la totalidad del contenido de las letras al cantar en castellano. Un señor se levantó para comentar algo en francés y cuando nos lo tradujeron vino a decir que no importaba demasiado perder algo del contenido porque la emoción y la sensibilidad que poníamos al cantar compensaba de sobra la
carencia. Al día siguiente apareció, en el periódico local, un artículo sobre nuestra actuación que se encabezaba con la frase: LA BELLA VOZ DE ALCÁZAR, lo que nos llenó de orgullo.

P. ¿Cómo era Alcázar en tu juventud? ¿Cuál es tu primer recuerdo? En la actualidad, ¿recurres a menudo a alguna ocupación que te permite mantener sosiego?
R. Alcázar ha cambiado mucho, se ha modernizado y adaptado a los tiempos. Antes había muchas calles adoquinadas, no había zonas peatonales y, aunque se han cometido algunos desastres urbanísticos, por otro lado, se ha recuperado mucho el casco histórico y sus monumentos. De entre mis recuerdos destaca la Feria cuando estaba en el Arenal, paseando con mis padres y mis hermanos, somos siete, y la pena que me daba que se acabara, volvía la cabeza constantemente para ver por última vez las luces y oír las sirenas de las atracciones.
La pandemia me ha llevado a hacer trabajos de costura para mi disfrute personal y me ha servido para sobrellevar mejor los confinamientos y las restricciones, es decir para sosegar el espíritu. Cantar también me tranquiliza a menudo.

P. Vivimos en una cultura obsesionada por la juventud que está constantemente tratando de decirnos que ya estamos más o menos caducos. ¿Está la experiencia en la vida devaluada? ¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los jóvenes?
R. Quizás las personas que viven de su imagen tengan esa obsesión, duele, pero hay que aceptar el paso del tiempo. Yo creo que una está caduca cuando se lo cree, cuando deja de tener ilusiones o proyectos. Siempre ha ocurrido que, de jóvenes, no hemos querido aceptar los consejos de los mayores, eso no es nuevo, pero en el fondo guardábamos sus indicaciones en nuestra mente. Pienso que los jóvenes, ahora, que están mejor formados, aunque hay ejemplos notables de lo contrario, serán capaces de tener respeto y consideración por sus mayores y espero que así sea.

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