La idea me abordó leyendo una publicación en la única red social, de tipo profesional, de la que formo parte: LINKEDIN. Comentaba el caso de una señora en un tren, entrada en la sesentena, que se había pasado todo el viaje viendo vídeos de «tiktok» absolutamente idiotas y banales en su teléfono móvil.
Hace pocos días, en la feria, me encontraba con grupos de chicos/as jóvenes sentados, cada uno con su móvil, mirando los aparatos unos enfrente de los otros. Y no pocas veces, en el metro, autobús o tren, o por la calle, a pazguatos/as de todas edades viendo vídeos o fotos sin parar y dándole a lo llamado «likes», o no.
Así pasa, que cada vez hay más tontos/as y borregos/as, que no han leído un libro si no es por obligación, o disfrutado del buen cine, por no decir de un paisaje en un viaje. No quiero recurrir a la manida frase de «abuelo cebolleta» de cuando no existían móviles. Sin duda estos aparatos han servido y sirven para acercar a personas en la distancia o ayudar en situaciones de urgencia.
Sin embargo, el filón para las compañías de multimillonarios indecentes como los que poseen las redes sociales, es la posibilidad de que cualquiera haga un vídeo sin fuste ni beneficio, para que cientos, miles, millones de borregos/as lo vean y le den al «like». Aparte de llenarse los bolsillos con el tiempo que los citados aborregados/as dedican a… ¡nada!, poco a poco van llenando sus cerebros de…¡nada!
No digo yo que no sea necesario el ocio, la diversión e incluso la despreocupación. No pretendo que estemos todo el día leyendo a Bertolt Brecht, Albert Camus, o Camilo José Cela, cosa imposible por otro lado porque no tienen ni la más pajolera idea de quienes son. No hablo de eso. Divertirse es necesario. Lo que pasa, es que este aparato, con su «cara infernal», hace de todos/as ellos/as, seres inoperantes, indolentes, y analfabetos/as. Es la maquina perfecta de fabricar tontos/as y borregos/as.
Si hacemos un pequeño cálculo de las horas que de media dedica una de estas personas a estas «actividades», y lo multiplicamos por días de un año y por un número aproximado de personas, nos salen… ¡billones de horas!
¡Se dan cuenta del filón, no solo económico, que ya, sino de posibilidades de manipulación, que también! Es fácil verter cualquier bulo, o mentira a través de estos medios, que serán automáticamente tomados sin crítica por los millones de tontos/as creados por la «máquina perfecta». Y uno entonces tiene la respuesta de porqué hay personajes públicos como el indecente Trump (por no usar ejemplos de personajes de este país) que son seguidos por millones de borregos/as y da igual si lo que dice es verdad o no, que no lo es. Claro que la historia no es nueva, y tenemos ejemplos no muy lejanos de lo que el aborregamiento es capaz de hacer en las masas de tontos/as, como el caso de Hitler.
Yo me veo sin argumentos frente a estos borregos/as, porque como en su cerebro ya no hay nada, no van a entender lo que quieras al menos discutir o confrontar en buen debate con ellos/as, es decir, van a levantar la cabeza con cara de bobos/as y luego la van a bajar para seguir viendo videos de tiktok.
Tengo la esperanza de que con una labor ímproba de los no aborregados, poco a poco se vaya minimizando el daño. Difícil porque hay muchos interesados económica, social e incluso políticamente, en que cada vez sean más los millones de tontos/as y borregos/as que esta «maquina perfecta» fábrica por segundo.
¡Seguiremos luchando hasta el final!¡No hay otra!