Ya no debería haber excusas para invertir en Salud Mental

Por la Junta directiva de la Asociación Luz de La Mancha

Han pasado ya casi 35 años desde aquella reforma psiquiátrica que consiguió cerrar los manicomios, aunque no se puso ninguna medida ni infraestructura que supliera el tema residencial de los personas con enfermedades mentales, siendo las familias de éstos, en los casos que tenían un núcleo familiar bien estructurado, quienes asumieron esa responsabilidad. Pero la mayoría de ellas, las que no tenían ese pilar donde apoyarse y no pudieron,  terminaron con sus enfermos como hijos de la calle, en los comedores sociales, en los albergues... Y  otros con peor suerte, incluso en las cárceles... Además de los que se suicidaron, hombres y mujeres, al verse excluidos y abandonados a su mala suerte, como moradores de la Paz de los Cementerios.

Aquella reforma de 1.986 no profundizó más en las necesidades reales que existían por entonces y mucho antes, por falta de voluntad política de los Gobernantes, el moviento asociativo era todavía débil, las familias se movilizaron poco, los profesionales de la salud mental  no tomaron nota de los Sanitarios en la defensa de la sanidad pública, del profesorado, ni de las luchas obreras de entonces, cuando las reconversiones industriales estaban a la orden del día, ni tampoco  del movimiento ciudadano y vecinal.

Tampoco se puede decir que durante estos 35 años no hayamos avanzado nada, el movimiento asociativo ha ido evolucionando y  los recursos han crecido,  no al mismo ritmo de las necesidades, la falta de recursos humanos, infraestructuras, inversión en investigación y desarrollo, y medios de todo tipo, porque no se invierte lo suficiente en salud mental, como demuestran hechos categóricos como ha puesto de manifiesto  la Pandemia del Covid y recientemente los Juegos Olímpicos, aunque esta situación la viene denunciando la OMS y el movimiento asociativo desde hace tiempo.

Quien tiene una buena posición económica, social y familiar, afronta estas situaciones mejor, cuando los recursos sanitarios públicos no responden a sus necesidades, terminan acudiendo a las consultas o sanatorios privados para que sus familiares mejoren  de sus crisis. Las familias y personas con menos recursos que sufren enfermedades mentales lo pasan bastante mal, bien  porque ya son mayores, o los hijos si los tienen viven lejos, y no pueden afrontar estas situaciones desde su habitad residencial.

 Se invierte poco en la prevención temprana de estas patologías, y no queremos entrar en el meollo de la cuestión de fondo, que son las causas que originan esta ya Pandemia Universal que es la MALA SALUD MENTAL que padecemos como sociedad, que van creciendo a pasos mucho más veloces que las soluciones.

Las enfermedades mentales son discapacitantes, en muchos casos terminan  poniendo en crisis el núcleo familiar, y en más de los deseados terminan en la exclusión social, la marginalidad, o el suicidio si no se cuenta con los apoyos sanitarios, económicos y de protección social suficientes. La soledad y el aislamiento son una semilla  determinante para quitarse la vida por desesperación.

La integración socio laboral aunque sea difícil de conseguir en muchos casos ayuda no solamente en lo económico, sino en la autoestima tan necesaria en estas enfermedades para sentirse mejor, aún sabiendo y aceptando su  dura realidad.

Vivimos en mundo muy exigente y competitivo, que interviene negativamente en la salud mental de muchos de nosotros sin que nos demos cuenta que nos mantiene atrapados, el excesivo consumo hace nuestros habitad mucho más vulnerable, ahí  están las terribles consecuencias del sistema climático y si no le ponemos remedio es porque él sistema capitalista nos está enseñando a no saber renunciar a cosas que no son tan necesarias y que tienen un alto precio personal en nuestra salud, especialmente en la salud mental.

Esta carrera sin freno, donde no reparamos en el daño que hacemos a la madre naturaleza, donde ella no permanece impasible, sino que nos responde cada vez con más fiereza con habitad más hostiles y que tienen una relación directa con nuestra salud, mucho más de lo que pensamos cuando se nos permite pensar o repensar las cosas con sosiego, tranquilidad y altura de miras.

La competencia atroz en los negocios, en el mundo de las empresas, en la fabricación de los bienes de consumo, en los deportes, en las artes y la cultura de masas, las malas políticas que se aplican a los trabajadores públicos y sobre todo en el sector privado, como ha puesto de manifiesto la Covid, donde el empleo precario está haciendo un daño terrible sobre todo en los trabajadores más jóvenes y en las  con contratos leoninos, en muchos casos cercanos a la esclavitud, están destrozando la convivencia de muchas parejas por el estrés en el que viven y eso tiene un alto coste en la salud mental de los mismos.

La ansiedad a la que se somete a niños y niñas, y no tan niños en los deportes para alcanzar metas que a muchos les destroza la vida, por intereses de sus progenitores y de las marcas de consumo masivo, esto  es intolerable.

No digamos el trabajo para grandes marcas, cada vez más  a la explotación casi en esclavitud de cientos de miles de seres humanos, eso crea traumas que duran en muchos casos toda la vida. Hay que denunciar y llamar por su nombre verdadero, al  mal llamado estado del bienestar de los MENOS a costa de los MÁS.

Todo lo anterior si lo comparamos con las grandes migraciones, por cielo, mar y tierra,  nos quedamos muy cortos con el precio que tienen que pagar  millones de personas, entre ellos mujeres, ancianos y niños, eso en salud es incalculable las secuelas y traumas que deja en las mentes de mucha gente.

Las guerras y su consecuencias, los campos de refugiados con niños mal campando a su mala suerte, victimas de personas sin escrúpulos, y sin llegar a esos extremos, tenemos en las sociedades del bienestar, el mal trato a las mujeres, los abusos sexuales a niñas y niños, el acoso laboral, sobre todo el escolar, las drogas, el alcoholismo, los juegos de Azar donde es más fácil poner a parir al Gobierno de Turno o al Ministro del Ramo, que tomar medidas legislativas y sancionadoras a quien impulsa esa mafia consentida a cambio de los ingresos por publicidad.

Queda mucho por hacer, pero afortunadamente la SALUD MENTAL, empieza a estar en el Foco Mediático que  no es poca cosa,  ahora solo falta la Movilización Social, porque sin Movilización Social no hay Transformación Social.

Por último nos parece buena idea la propuesta de Antonio Leal, de estudiar e intentar que no es fácil, un Congreso Internacional sobre Salud Mental en Alcázar y pueblos de nuestra comarca sanitaria de la Mancha Centro. Eso son palabras mayores, que habrá que estudiar despacio y sumar a toda la sociedad pública y privada en torno a esa buena idea por lo menos a nivel Comarcal y Regional.

JUNTA DIRECTIVA ASOCIACIÓN LUZ DE LA MANCHA.

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