El otoño se vive en Cuenca de la mano de la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha

Una de las fechas más elegidas para viajar son los días otoñales, esos en los que el frío aún da una tregua y los colores marrones y amarillos tiñen el paisaje.

Uno de los destinos que más visitantes recibe durante estas fechas es la monumental ciudad de Cuenca. Sus puentes dan la bienvenida a esta imponente ciudad que cuelga sobre la Hoz del Júcar, la cual fue declarada Patrimonio de la Humanidad.

 

Cultura y arte invaden cada rincón de sus callejones empedrados. Considerada cuna y referente del arte abstracto a nivel mundial, aquí se encuentra el Museo dedicado exclusivamente a este arte que fue inaugurado por Fernando Zóbel situado en las Casas Colgadas y que gracias a la Fundación Juan March se conserva perfectamente.  Fue hogar y refugio de muchos artistas como el propio Zóbel, Gustavo Torner o Gerardo Rueda. Además, no tienen perdida otros como el Museo-Fundación Antonio Pérez con 30 salas dedicadas al informalismo y el arte pop, el Museo Paleontológico donde se encuentran yacimientos conquenses y el Museo de las Ciencias, con un planetario y un recorrido por la historia de astronomía. Cuenca es por tanto una obra arquitectónica doméstica, icono absoluto de la Modernidad. Una de sus joyas se encuentra en el corazón de la ciudad, la Catedral, la primera de estilo gótico de Castilla situada en su Plaza Mayor.

Cruzar el Puente de San Pablo, es sinónimos de teletransportarse a otro mundo y si Cuenca enamora, todavía más lo harán sus alrededores. A través de sus numerosos miradores desde donde contemplar los increíbles paisajes y vistas de la Ciudad Encantada y la Hoz del Júcar no dejan indiferente a ninguno de los visitantes siendo uno de los más imponentes el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús en lo alto del Cerro del Socorro.

 

Además de perderse en Cuenca, gastronomía y descanso sorprenden aún más si cabe en la ciudad.

Situado a escasos metros de la Catedral, en pleno casco antiguo, una imponente casa palaciega del siglo XVII alberga uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad, el Hotel Convento del Giraldo****. Residencia particular y Casa Fundacional de la Congregación de las Madres Celadoras, el hotel de 34 habitaciones, hoy reconvertido y habilitado con una arquitectura única, artesonados, aljibe, fuente y canalizaciones, encarna el espíritu de la ciudad y es una viva expresión de su historia, de su entorno y de su cultura, en el que todavía hoy la parte privada de sus instalaciones conservan la actividad propia de un convento. Un remanso de paz donde descansar y dejar de lado el estrés en el spa que puede disfrutarse en sus instalaciones al reservar una estancia de dos noches.

Además, degustar los platos de su restaurante, PIOLA, es una parada obligatoria al pasar por Cuenca, donde diseño y cocina de autor hacen que la gastronomía castellanomanchega tenga su máxima expresión gracias a la gran selección de platos, productos y vinos de su espectacular carta. La terraza de su restaurante ubicada al lado de las antiguas ruinas de la Iglesia Templaria de San Pantaleón la convierte en un lugar único para hacer un alto en el camino y disfrutar de la gran oferta gastronómica de Cuenca.

Este otoño la experiencia se vive en Cuenca y sin duda, el mejor lugar para disfrutar de todas las maravillas que se esconden tras la ciudad se ofrece a través de la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha, la red de establecimientos hoteleros de alta calidad y excelencia en enclaves patrimoniales, culturales e históricos únicos e inigualables.

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