La alcaldesa de Alcázar de San Juan, Rosa Melchor y el director de Cáritas Interparroquial, Jesús Guzmán, han firmado esta mañana el convenio de colaboración anual que desde hace años mantienen ambas instituciones para ayudar a las familias necesitadas del municipio y a las personas sin hogar que pasan por el Centro Samaría.
Se trata, según ha explicado Melchor, de mantener el compromiso que el Consistorio alcazareño mantiene desde hace años con Cáritas y "aportar nuestro granito de arena, dentro de las posibilidades presupuestarias", de forma que la organización volverá este año a recibir 35.000 euros para seguir ayudando a los más necesitados. La alcaldesa ha agradecido a los responsables de Cáritas su labor y ha destacado el gran trabajo que han realizado en todos estos meses de pandemia, fundamental para muchas familias y personas sin techo.
Jesús Guzmán, por su parte, ha agradecido a la alcaldesa la colaboración del Ayuntamiento y ha explicado que, "aunque no llegamos a cubrir todas las necesidades, este convenio nos viene muy bien y nos ayuda en gran medida a solucionar la situación de muchas familias y personas sin hogar".
Según ha detallado, la cifra de familias con problemas que Cáritas viene atendiendo ha crecido considerablemente durante los últimos meses, debido al coronavirus y a la crisis sanitaria y económica, con más de 80 familias nuevas. "El año pasado ayudamos en total a unas 280 familias; y este año, hasta septiembre, ya llevábamos más de 200, de las cuales 80 han venido a nosotros por primera vez, con lo que la cantidad será mayor a finales de año".
También en cuanto al número de personas que pasan por el Centro Samaría, Guzmán ha explicado que el centro acoge a unas 8 personas de media, siempre que quieran someterse a programas de recuperación e inserción. Tal y como ha detallado, quienes aceptan, comienzan su tratamiento durante unos meses en el centro de Alcázar y posteriormente continúan en la Casa de Abraham de Cáritas en Daimiel. A ellas cabe sumar los muchos transeúntes que pasan a diario por el centro de Alcázar, pero deciden no tratarse. Transeúntes que son atendidos en sus necesidades básicas, es decir, pueden comer, asearse, dormir y marcharse.