TERCERA JORNADA DEL JUICIO CONTRA LOS FERIANTES ACUSADOS DE LA MUERTE DE BUJÁN

Los forenses discrepan sobre la causa de la hemorragia que acabó con la vida del joven Buján

-Las pinzas, consideradas arma homicida, no tenían adn ni del fallecido ni del feriante hijo; pero sí del padre, según las periciales.

La tercera jornada del juicio contra los feriantes acusados de la muerte de Gonzalo Buján ha estado centrada en las comparecencias de varios médicos forenses (los adscritos al juzgado de Alcázar y dos profesores de Medicina Forense de la Universidad de Santiago de Compostela citados por la defensa), una facultativa del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, técnicos y especialistas en Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil. Profesionales que han ido ratificando sus informes y aportando sus conocimientos con la intención de aclarar quién y cómo se produjo la muerte del joven herenciano.

Interrogantes que el jurado deberá despejar, pero que, al igual que ocurriera ayer con los relatos de los testigos, tampoco han servido para explicar con claridad lo que ocurrió en el recinto ferial de Herencia el 10 de febrero de 2018, pues incluso entre los profesionales de la Medicina Forense han surgido las discrepancias. Por un lado, la forense de Alcázar que practicó la autopsia ha dicho que la muerte fue consecuencia de un golpe en la zona frontal izquierda de la cabeza, compatible, por la forma de la lesión, con unas pinzas de arranque del coche. Golpe que, según sus conclusiones, fue propinado cuando el fallecido estaba sentado con la cabeza girada a la izquierda. Y por otro lado, los dos profesores catedráticos de Medicina Forense de la Universidad de Santiago Compostela presentados por la defensa han explicado, contradiciendo el informe de la forense de Alcázar, que una hemorragia tan grande como la que presentaba Buján no pudo ser consecuencia de un golpe dado con esas pinzas, pues la hemorragia hubiera sido localizada y con menor sangrado. Por lo que, según ellos y según los defensores de los acusados, no ha quedado probado que el golpe en la sien fuera el causante de la hemorragia masiva que provocó al joven la muerte, la cual han relacionado con un hipotético aneurisma que pudo romperse debido al estrés de la trifulca y a la subida de tensión.

En cuanto a la presencia de huellas o ADN en las distintas muestras enviadas al laboratorio, los especialistas han explicado que solo el adn del padre feriante estaba presente en las pinzas de arranque (que eran de su propiedad) y no el del hijo ni el del fallecido. Como tampoco han podido encontrarse en la ropa que llevaba Gonzalo Buján, enviada también al laboratorio, en el rostro o manos del fallecido, ni en el coche que conducía. Resultado pericial que los abogados defensores han puesto varias veces sobre la mesa en sus conclusiones finales, sobre todo en el caso del hijo feriante pues, al no haber huellas suyas ni adn en el rostro y ropa de Buján, ni en el coche donde, según la acusación, el fallecido estaba sentado cuando recibió el golpe mortal, no queda acreditada con pruebas objetivas su participación en los hechos.  Es por ello por lo que los abogados de los feriantes han pedido al jurado que tengan en cuenta, como principios fundamentales a la hora de emitir un veredicto, la presunción de inocencia y el dubio pro reo (fallar a favor del acusado cuando existen dudas).

Quienes no han planteado dudas han sido el fiscal y los abogados de la familia (aunque sí las numerosas contradicciones en que han incurrido los testigos, familiares y amigos de los feriantes). El primero (fiscal), apoyado en el informe de los forenses de Alcázar que hicieron la autopsia, concluye con el mismo relato que en su escrito provisional. La muerte de Buján se produjo como consecuencia de un único golpe, causado con las pinzas del coche y por el padre feriante, quien se encontraba al lado de su hijo cuando éste increpó al fallecido y entabló una discusión con él a través de la ventanilla del coche. En su conclusión, fue un homicidio y el único autor fue el padre feriante, para quien pide 12 años de prisión. Y los segundos (acusación particular), consideran que aunque el ejecutor fue el padre, el hijo también fue coautor, y el delito fue un asesinato con alevosía o un homicidio agravado con abuso de autoridad, por el que piden de 20 a 25 años de prisión para cada uno. Por su parte, la defensa concluye que las pruebas no han sido suficientes para demostrar el relato que plantean las acusaciones, con lo que, ante la duda y la presunción de inocencia, sus clientes deberían ser absueltos o todo lo más el padre podría resultar condenado por un homicidio imprudente.

Sea como sea, el jurado no lo va a tener fácil. Mañana, jueves, las nueve personas que lo conforman volverán a reunirse. La entrega del objeto del veredicto será en torno a las 11 de la mañana y posteriormente la deliberación.  

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