La sostenibilidad, otro motivo a favor de la lactancia materna

Mucho se han estudiado los beneficios de la leche materna para la madre y para el niño. En cuantoa ella, diversas investigaciones apuntan a que dar el pecho reduce el riesgo de depresión posparto, anemia y diabetes gestacional. También previene el cáncer de mama y el de ovarios, además de reducir el riesgo de padecer osteoporosis después de la menopausia. Puede aliviar el dolor tras la cesárea, previene la hipertensión y, por supuesto, facilita el vínculo con el bebé.

Los beneficios son igual de significativos para el pequeño: la leche materna reduce el riesgo de mortalidad infantil, protege contra enfermedades, facilita el tránsito intestina, previene la obesidad y reduce el riesgo de muerte súbita.

Pero, entre los beneficios, no se habla tanto de uno que cobra peso por el crecimiento generalizado de la conciencia ambiental: el de la sosteniblidad.  

Menor impacto ambiental
Como aseguran expertos en lactancia materna, se trata de un alimento natural y renovable que no necesita proceso de producción fabril, con el ahorro que eso supone en cuanto a envasado, combustible y producción de desechos.

Es un hecho que ha centrado las investigaciones de la comunidad científica, de manera que el British Medical Journal ha publicado un estudio de la Imperial College de Londres que arroja datos reveladores: seis meses de lactancia materna equivalen a un ahorro de entre 95 y 154 kg de emisiones de CO2. También resulta significativo que la cantidad de agua que se usa para calentar biberones con leche de fórmula equivale a cargar 200 millones de teléfonos móviles anualmente.

Este ahorro energético y reducción del impacto ambiental se ha puesto también de manifiesto en grandes citas como la Semana Mundial de la Lactancia Materna de este 2020. Durante la misma se ha señalado que el pecho es un envase natural mejor que cualquier otro artificial, pues es estéril, proporciona la cantidad que el bebé requiere para un máximo aprovechamiento y conserva la temperatura ideal sin tener que hacer un gasto energético mayor.  

En la cita mundial prolactancia se habló también de lo que supone recurrir a otras fórmulas, de manera que a la cantidad de agua que se gasta y que señaló el Imperial College de Londres, se suman los recursos necesarios para la fabricación de leche de fórmula, biberones, tetinas, productos para esterilizar, calentadores y un largo etcétera. Entre estos recursos, claro, está el agua.

Hábitos para favorecer su mantenimiento

Dados los beneficios, conviene que las madres sepan qué hábitos pueden implementar para favorecer el mantenimiento de la lactancia materna. Y es que hemos de recordar que la Organización Mundial de la Salud aconseja dar el pecho en exclusiva hasta los seis meses, y que se combine la leche materna con la alimentación sólida hasta, al menos, los dos años.

El Comité de Lactancia de Asociación Española de Pediatría ofrece multitud de consejos y recomendaciones para favorecer y mantener la lactancia. El buen agarre es fundamental, pues evita la aparición de grietas y dolores, además de vaciar y permitir la producción adecuada.

Para agarrarse bien, el cuerpo del bebé estará enfrentando al de la madre y, al abrir la boca, introducirá gran parte de la areola, especialmente la parte inferior. Una de las grandes claves para el buen agarre es la postura, y lo cierto es que no hay una única posición ideal. Lo importante es que ambos estén cómodos y que resulte efectiva, y entre las elecciones están la posición de crianza biológica, sentada, acostada, invertida o la de caballito.

Hay instrumentos que también ayudan al mantenimiento de la leche materna, como los que puedes encontrar en La Tienda del Sacaleches. Es cierto que el beneficio de reducción del impacto ambiental será algo menor, aunque se siguen ahorrando los recursos necesarios para la producción de leche de fórmula, entre ellos, los hídricos. Además, se mantienen los ya mencionados para el niño y para la madre, por lo que merece la pena intentarlo.

Las razones del abandono temprano
Recopilar información útil y seguir las recomendaciones es importante para poder mantener el hábito. De hecho, el Hospital Universitario de La Ribera, en Valencia, realizó un estudio sobre las causas del abandono de la lactancia materna que indica que la baja producción de leche, la pérdida de peso o que el niño no engorde lo suficiente, están entre las principales causas. Y un mal agarre puede estar detrás.

Resulta significativo que la hipogalactia o baja producción de leche fuera el motivo que dieron el 21,8% de las mujeres estudiadas para dejar de dar el pecho, pero, según los responsables del estudio, la mayoría de los motivos dados se basaban en percepciones meramente subjetivas.

El 14,9% de los casos de abandono tenían que ver con la pérdida de peso del bebé, o un aumento inferior al recomendado. Detrás había problemas relacionados con las glándulas mamarias, como el pezón invertido, la mastitis o las grietas. Hay que sumar otros como la falta de vínculo por la necesidad de que el recién nacido permanezca ingresado en el hospital, debido a problemas como la ictericia.

El estudio concluyó que la mayoría de los problemas de lactancia se deben a la falta de información, incluso cuando dar el pecho es algo natural. Pero natural no significa fácil.

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