REMUNICIPALIZACIÓN. EL GERENTE DE AGUAS HACE BALANCE DE SU PRIMER AÑO

Bernal: «La transición ha sido dura y la colaboración de Aqualia nula»

El 3 de septiembre de 2021, Aguas de Alcázar volvía a ser una empresa totalmente pública, tras siete años y medio de gestión mixta. Aqualia (socio privado y accionista mayoritario) salía de la empresa y el municipio recuperaba la gestión de un servicio que, según los cálculos de su actual gerente, Alejandro Bernal, arroja unos beneficios anuales cercanos al medio millón de euros. La transición, en palabras del propio Bernal, «ha sido dura y complicada», pues la colaboración de Aqualia en todo este tiempo ha sido nula. A pesar de ello y gracias al trabajo e implicación de toda la plantilla, el servicio no ha dejado de prestarse en ningún momento, las tarifas no han subido y la situación de Aguas de Alcázar se encuentra «absolutamente normalizada».

La empresa municipal Aguas de Alcázar ha recuperado ya totalmente la normalidad. Al cerrar su primer ejercicio económico completo tras la remunicipalización (que se firmó el 3 de septiembre de 2021), el balance es positivo y los objetivos, tal y como explica su gerente, Alejandro Bernal, en declaraciones a El Semanal, «se van cumpliendo o están en proceso de ser cumplidos».

         

Entre esos objetivos, Bernal habla en primer lugar de la gestión del personal. «Hemos optimizado la organización que había y reforzado la plantilla, con nuevos turnos, cursos de formación, etc. de manera que ahora la relación entre la empresa y los trabajadores es mucho más sincera, pues creo que la mejor forma de trabajar es haciendo que los trabajadores se sientan parte de la empresa». Además, tal y como añade el gerente, a lo largo de 2021 se han llevado a cabo cinco procesos selectivos, «más normalizados y transparentes, ya como empresa pública».

         

Otro objetivo, «en el que estamos avanzando a un ritmo razonable», ha sido la modernización de sistemas. «La migración de datos fue dura y complicada. y la colaboración de Aqualia, nula. Nos pasó la documentación en bruto y hemos tenido que hacer auténtico encaje de bolillos, sobre todo en los departamentos de Informática y Clientes. Pero al final, con mucho trabajo, hemos mantenido toda la información. Y una vez resueltos los problemas, con toda la información y ya con nuestros nuevos sistemas y un software potente de empresa, estamos terminando una auditoría técnica para poder invertir con acierto en las instalaciones, pues ya son veteranas, tienen muchos años y en la etapa anterior no se invirtió nada en ellas».

         

Precisamente sobre inversiones y a pesar de que este año ha sido un ejercicio complicado desde el punto de vista económico, debido a la elevada inflación y al encarecimiento de las materias primas, suministros y energías, Aguas de Alcázar ha podido hacer inversiones potentes en la Estación Depuradora, donde se han gastado 150.000 euros en los difusores y en la cúpula gasométrica. Además de crear una provisión de más de medio millón de euros adicional para el depósito de rebombeo, el depósito de san Isidro y un colector industrial.

         

Hablando de inversiones y de beneficios económicos, Alejandro Bernal, licenciado en Ciencias Medioambientales y procedente del sector privado,  quiere dejar claro que existe una gran diferencia entre la gestión pública y la privada. «El concepto cambia radicalmente y eso es algo que la gente debe tener en cuenta. Todas las empresas tratan de obtener los máximos beneficios; pero para la empresa privada, lo primero son los accionistas y luego los usuarios. Su objetivo es engordar lo más posible la cuenta de resultados para repartir los beneficios entre los accionistas; mientras en la empresa pública, esos beneficios no se reparten sino que se repercuten siempre en la mejora del servicio».

         

Además, tal y como añade Bernal, una empresa privada hubiese cargado en los recibos la subida del precio de las energías, suministros y materiales. Sin embargo una pública, como ha sido el caso de Aguas de Alcázar, no ha repercutido nada de esos encarecimientos en el recibo del agua. «Los usuarios no han notado nada, ni las dificultades en la transición, ni el encarecimiento de los costes. Tenga en cuenta, por ejemplo, que este año hemos tenido que pagar en Aguas casi dos millones de euros por la electricidad, cuando lo normal era la mitad, un millón aproximadamente».

         

En cuanto a las averías, Bernal se muestra altamente satisfecho del trabajo realizado, pues en ninguna de las ocho roturas registradas ha sido preciso cortar el suministro. «Y los vecinos ni se han enterado».

         

Finalmente, sobre la renovación de la tubería general, Bernal explica que «es una obra crítica, muy importante y con muchos agentes implicados». Según detalla, a lo largo del año se han mantenido una decena de reuniones con Adif para marcar el trazado de la nueva tubería de Perdigueras. «Y después de muchas reuniones, documentación, planos y autorizaciones administrativas, se ha optado por un trazado que evita el mayor número posible de expropiaciones. Sobre este tema había una idea, la hemos seguido y ahora tenemos una posibilidad real de trazado. Lo que me extraña es que durante tantos años no se hayan agilizado los trámites, pero afortunadamente podemos decir que hemos avanzado y ya estamos en el siguiente paso, preparando la licitación o proceso de adjudicación... Por lo que ya pronto tendremos que buscar financiación (unos 10 millones de euros).

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