La óptica de Antonio, un referente de escaparatismo

Es conocida la trayectoria de este establecimiento en Alcázar de San Juan por sus escaparates. Cambiantes, innovadores y realmente originales, sus propuestas no dejan indiferente a nadie. De hecho, ha sido premiado en varias ocasiones tanto en el ámbito local como en el provincial. Hoy entrevistamos a su propietario, Antonio García, para conocer un poco más a cerca de esta otra faceta que nada tiene que ver con la optometría.

¿No es así?
-En realidad, un escaparate contiene una tremenda carga visual. Es cierto que no guarda relación directa con mi profesión, pero sí aprovecho muchos recursos visuales: la iluminación, la profundidad y otras técnicas que ayudan a una mejor percepción del mensaje.

-¿Cuándo comenzó a interesarte el escaparatismo?
Desde el momento en que empecé a trabajar en el sector. De esto hace ya más de veinte años, aunque en los últimos quince, me he implicado de forma más consciente. Las gafas son un producto difícil de exponer por su tamaño. Los elementos que aportan las diferentes firmas, en muchas ocasiones resultan insuficientes y un buen día decidí crear una escena donde las gafas cobraran sentido. A partir de entonces me gusta “jugar” con el escaparate, introducir elementos que nada o poco tienen que ver con el mundo de la óptica.

-¿Qué tipo de formación tienes al respecto?
Comencé siendo autodidacta y poco a poco he ido formándome a través de cursos, aunque no tengo una titulación como tal. Mucha gente piensa que me podría dedicar a la decoración… en realidad para mí no deja de ser un “hobbie”, disfruto del tiempo que paso en ello y me implico hasta llegar a la idea que tengo en mi mente.

-¿Qué te inspira para hacer un nuevo escaparate?
Cuando algo te gusta, lo tienes presente de forma consciente e inconsciente. En cualquier momento y en cualquier sitio puedo encontrar la inspiración. Es cierto que los viajes son una fuente muy potente, el móvil es una herramienta indispensable para fotografiar todas esas ideas que te sorprenden. No sólo me refiero a escaparates de grandes ciudades, sino a cualquier tipo de decoración, elementos, materiales… Las redes sociales sirven de gran ayuda, hoy día existe la posibilidad de encontrar ideas, tutoriales y materiales que de otra forma no estarían a tu alcance.

-¿Cuáles son los pasos previos al montaje?
Es básico realizar un boceto incluso un guión. Saber bien qué quieres contar y cómo, a partir de aquí localizar los materiales y los elementos. Por supuesto también a los técnicos que pueden hacer aquellos trabajos que uno no domina, en mi caso el bricolaje o la electricidad. Un escaparate no deja de ser un trabajo en equipo.

-¿Qué escaparate recuerdas de forma especial?
Para mí todos ellos han supuesto un reto personal en cuanto a la innovación pero es cierto que pongo especial esmero en los de Semana Santa, Feria o Navidad. Me viene a la memoria un escaparate vivo en el que recreamos una peluquería, por lo divertido y la gran repercusión que tuvo a través de los medios. Y el homenaje al Cascanueces de la Navidad de 2017, Primer Premio por la Cámara de Comercio de Ciudad Real y el Ayuntamiento de Alcázar.

-La semana pasada recibiste el 2º Premio del Concurso de Decoración Navideña. ¿Qué nos puedes contar de ese reloj gigante?
Se trata de una idea que llevaba tiempo queriendo plasmar. Cuando vi la película “Alicia a Través del Espejo” quedé impresionado por la escena en la que Alicia se encuentra con “El Tiempo” y la mansión donde éste vive. Conseguí una maqueta infantil de reloj y a partir de ahí, la idea original ha ido evolucionando hasta llegar a lo que ahora puedes ver. La verdad es que estoy muy contento con el resultado. Constantemente nos visitan para verlo y más aún, desde que se ha hecho público el galardón.

-¿Merece la pena tanto esfuerzo?
Un escaparate dice mucho de un establecimiento no sólo de tu producto, sino también de las personas que trabajan en él. El escaparate tiene la finalidad de llamar la atención, de parar al viandante y por qué no, hacerle soñar, transportarle… Más allá de su función comercial, es la tarjeta de identidad, a veces poco valorada. Es una de las herramientas que aún posee el “Pequeño Comercio” y que deberíamos cuidar.

Más en Sociedad
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement