LA TRINI CUMPLE 100 AÑOS

Agradecida memoria de cien años (Centenario del Colegio de la Trini)

¿Te apuntas a felicitar a ¨La Trini” por su Centenario? Muchos exalumnos ya lo hemos hecho. Es muy fácil. Escribe unas líneas de felicitación, cuenta algún recuerdo y envíalo con una fotografía a [email protected]. Solo te llevará unos minutos.
foto padre

RVDO. P. MANUEL SENDÍN GARCÍA (1939)

Córdoba

foto padre

Parroquia de Ntra. Sra. de Gracia y San Eulogio en Córdoba. Un recuerdo de la visita del padre general, acompañado por el vicario general, Antonio Aurelio Fernández Serrano; José Luis Obispo Ballesteros, el padre superior; Aurelio Gil de la Casa, párroco; Manuel Sendín, y los padres José Martínez Laguna, Lázaro Castro Villalobos y Manuel García López.

Volver a Alcázar de San Juan

Al volver nunca se vuelve se redescubre el pasado. Es volver a los molinos de brazos gigantes, a los rebaños trasformados en ejércitos. Volver a la memoria (¡qué importante es la memoria!), de mis hermanos asesinados en la guerra. Volver para un centenario es volver al “olmo centenario de la colina que baña el Duero” al que le salen algunas hojas verdes. Este artículo solo pretende anotar esa gracia “reverdecida”.

Yo llegué para el curso 1964 – 1965 y estuve impartiendo clase durante 33 años. Un alumno del entonces 6º de Bachillerato me recuerda que aquel año fue un año fantástico: estaban los Beatles en lo más alto. Ya habían pasado los años de “la escuelilla”, pero los viejos del lugar seguían llamando “corral y huerto” al patio del Colegio.

Los Frailes

Los Trinitarios no solemos tener muchas normas, sino que las costumbres arraigadas se hacen normas. Era costumbre que los frailes, recién ordenados de sacerdote pasaran algún año en Alcázar; después se embarcaban para América Latina o “en un frágil barco”, así decía la canción, para Madagascar.

Algunos eran simplemente destinados a otro convento o a ampliar estudios. Los Padres Fidel Guarrochena (Fidelón), Reyes Castaño, Manuel Sendín, Pascual Villegas, Emiliano Tiburcio, Joselín, José Luis Obispo, etc., desfilamos esos años por el Colegio.

Convento y Colegio, de tierra de tabique

Un eterno agradecimiento para los profesores seglares de aquellos años. Es mi “agradecida memoria” para D. Antonio Gutiérrez, D. Saturnino Ecuador y D. Ezequiel, más tarde la nómina será numerosa: Araceli, Raquel, Beatriz, Cristina, Bernardina, Paco. Con los profesores de Primaria mi experiencia fue menor.

Cambios estructurales en el edificio

Renovación en el pretil y la paireta: el claustro del Colegio ha sufrido múltiples modificaciones hasta llegar a la belleza actual. Lo mismo que las clases o el salón de actos, que llegó a ser sala de Cine, testigo el P. Antonio Moldón.

El primer piso lo ocupaban los seminaristas (dormitorio y comedor). Hubo también un grupo de internos que no eran seminaristas. En un principio, el segundo piso era solo seminario; poco a poco se convirtió en aulas para el Colegio y Seminario.

En torno a 1975, los frailes emigran a un piso superior dejando un gran espacio libre utilizado por el Colegio: Éramos 10 religiosos. En sus antiguas celdas se instalaron los laboratorios, capilla y alguna clase, además de una biblioteca escolar. La historia de la escalera muestra que los edificios “tienden a no caerse”.

Planes de Estudiantes

Este espacio estuvo siempre habitado por ruidosos estudiantes, sufridores de diferentes planes de estudio. Yo también padecí tres planes de estudio diferentes. El Colegio tenía el Bachillerato Superior Autorizado, esa fue mi primera experiencia; tenían que irse a examinar a Ciudad Real, con el riesgo que supone el que otro califique tus alumnos. En 4º de Primaria se hacía el examen de Ingreso. Uno de aquellos pretendientes a bachiller, me contó el nerviosismo de la noche anterior. El tribunal estaba compuesto por D. Samuel, D. Francisco Carrasco que se admiraba de que el alumno pasara con el pie las hijas del libro. “¡Qué valor” !, decía D. Teodoro Cruz. Es decir, era algo serio.

Con motivo de la fiesta de Santo Tomás de Aquino se hacían experimentos científicos y concursos. Incluso el P. Gabriel Bellido quiso patentar el motor de agua para los coches (¡Con lo cara que está ahora la gasolina!).

Los alumnos recuerdan los partidos en el frontón en los que el P. Fidelón y el P. Juan María Beitia, con los hábitos remangados retaban a cualquier pareja. La pelota era de piel de gato. A hurtadillas subían al campanario y el premio era frecuentemente unos correazos con la correa del hábito. La mayoría de aquellos rapaces conocía todo el convento.

Hablemos del B.U.P. – Hablemos de Estudios (1970 – 2000)

Para adentrarse en esta etapa es absolutamente imprescindible el testimonio de las madres. Son aquellas mismas madres que en Infantil no podían acompañar a sus hijos hasta el Colegio para que no se rieran los compañeros de ellos y los tenían que seguir por el rastro, escondiéndose en las esquinas de las calles. El B.U.P. estaba habilitado para 250 alumnos; al final por miedo al nuevo plan de la E.S.O. y Bachillerato se completó. Llegaron numerosos alumnos y sobre todo alumnas de las Trinitarias y de la Sagrada Familia. Además, también acudieron alumnos de la mayoría de los pueblos del alrededor (de toda la contorna, dirán en algún pueblo). Desde Consuegra hasta Pedro Muñoz y Villarta con su flauta travesera. En este tiempo fue director el P. Emiliano Tiburcio, gran peleador sobre el ring, sobre todo con las madres. Yo impartía francés y Lengua y Literatura.

¿Se volvió la clase menos ruidosa con la llegada de las chicas? Unos dicen que sí, otros dicen que no. Pero todos coincidimos en afirmar que era imposible dejar la clase ordenada al final de la mañana. Eran muy buenos y muy estudiosos, aunque te pusieran “motes”, yo los quería mucho.

Otra nota de color y vida eran los seminaristas, que llegaron a ser hasta 120 -130. Se fusionaron con los alumnos externos que, para estos últimos, el patio del colegio era su casa; para abrirles la puerta al tocar el timbre decían “seminarista”. Era un truco que daba resultado. Por eso el patio siempre estaba repleto de alumnos: Para mí el mayor logro educativo.

En Literatura se hablaba de Comentarios de Texto, pero sin apenas material existente. Algún alumno me ha recordado su afición a la lectura desde estos tiempos mozos: El Lazarillo, La Celestina, El Quijote, Misericordia, La Regenta, Cien Años de Soledad…

Sirvan estas notas para sacar “por el rastro” el Colegio de los “Trinis”. Otro vendrá, que con mejor cálamo te lo complete. Yo no olvido los grillos y los tordos siempre amigos y siempre enemigos en el Deporte. El patio era el lugar de todos los momentos, el lugar de todos los diálogos, como la madre. Si te entras en el patio y te pones debajo de la canasta, puedes llorar tranquilamente.

Adiós, aburrido y paciente lector: aburrido, porque si has leído este artículo es porque no tenías nada que hacer: lo de paciente está más claro…

Yo brindo para que haya un “alias” definitivo a tan variados sistemas educativos y el niño que lo haga sea tu “nieto”, sea tu hijo. ¡Brindemos por ese niño!

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement