"LA TRINI" CUMPLE 100 AÑOS

Una época difícil de olvidar

Año 1980. En un acto de la Asociación de Antiguos Alumnos.
Arriba I-D:  José Luís Sánchez Lubián, Vicente Paniagua Logroño, Juan Peñuela Morales (D.E.P.)  P. Jesús Calles Fernández (D.E.P.), Félix Peñuela Borja. Abajo I-D: Manuel Mazuecos García, Laureano Serna (ex seminarista).
Autor: José Moraleda “El Pastelero”
photo_camera Año 1980. En un acto de la Asociación de Antiguos Alumnos. Arriba I-D: José Luís Sánchez Lubián, Vicente Paniagua Logroño, Juan Peñuela Morales (D.E.P.) P. Jesús Calles Fernández (D.E.P.), Félix Peñuela Borja. Abajo I-D: Manuel Mazuecos García, Laureano Serna (ex seminarista). Autor: José Moraleda “El Pastelero”

¿Te apuntas a felicitar a ¨La Trini” por su Centenario?

Muchos exalumnos ya lo hemos hecho. Es muy fácil. Escribe unas líneas de felicitación, cuenta algún recuerdo y envíalo con una fotografía a [email protected]. Solo te llevará unos minutos.

MANUEL MAZUECOS GARCÍA (1947)

Alcázar de San Juan (Ciudad Real)

Este año se celebra el Centenario de nuestro colegio. Aprovecho esta ocasión que se me brinda para felicitar a esta magnífica institución educativa, la cual ha ejercido una gloriosa labor por más de 100 años. Nada más ni nada menos, que educar a los jóvenes de nuestra sociedad. Considero que es uno de los compromisos más importantes para la formación de nuestros jóvenes. Por este motivo, no quiero dejar la oportunidad de felicitarles por cumplir con esta ardua labor, bajo los fundamentos de la ética y la moral que deben regir nuestras vidas. Deseamos que continúen con este compromiso como lo han venido haciendo por tantos años.

Los recuerdos que tengo sobre mis años en el colegio son incomparables, ya que fue en una época difícil de olvidar. Entré en un mundo nuevo y distinto del que conocía y lo más curioso era que, no me lo imaginaba. Reconozco que, me costó mucho trabajo seguir el ritmo que imponían los nuevos profesores en sus clases. complementadas con las tareas que teníamos que realizar en casa.

Fue de la mano del P. Juan María Beitia, el que por aquellos años 60 empezamos a jugar al baloncesto en distintas categorías. Siendo juniors pasamos Jesús Barrilero, Vicente Paniagua y un servidor a jugar con los seniors del equipo del colegio, que por aquel entonces jugaron dos ascensos a primera división. Los medios que teníamos en aquella época eran mínimos.

Uno de los muchos recuerdos que me vienen a la memoria fue cuando tuvimos que ir a Madrid, Barrilero y yo, a por las primeras botas de la marca TATUM, para el equipo, ya que teníamos kilométrico de RENFE. Con nuestro saco a cuestas, nos fuimos a Atocha en el “correíllo” y venimos oliendo el saco de vez en cuando. Era muy agradable oler a caucho. Aún lo era más, dado que hasta ese momento jugábamos con zapatillas con cintas o bien de goma de la marca Cadena. Nuestros entrenamientos eran a las siete y media de la mañana, lloviera o nevara. Al final, nos esperaba una ducha de agua helada. Después comenzaba nuestra jornada escolar. Un cariñoso recuerdo a José Luis Baquero, nuestro “míster”.

Otro recuerdo que guardo con mucho cariño es que formé parte de la primera Junta Directiva que puso en marcha la Asociación de Antiguos Alumnos. Incluso llegué a ser presidente. En el curso del año 1980, por iniciativa de unos cuantos alumnos que nos habíamos educado en el colegio de la Trini, y bajo el lema ¡Todavía sois colegio!, la idea se hizo realidad. Lo que perseguíamos como objetivo principal era que los alumnos, que habían terminado sus estudios, no rompieran los lazos de unión con el mismo, sino que, por el contrario, continuaran relacionándose. Un año más tarde publicamos el Boletín Informativo de la Asociación, PRETIL. En el número 1, El Padre Jesús Calles, miembro fundador, escribía en la portada: “Antiguos alumnos, vuestro Colegio Trinitario, vuestro tiempo, vuestra juventud, vuestras ilusiones, no han pasado”. Un medio de comunicación que tuvo un gran éxito y que queda en mi recuerdo.

En la actualidad vuelvo al Colegio a recoger a mi nieto, como lo hacía cuando estaban mis hijos. Durante la espera me siento en un banco en el Pretil, y pienso en los años que he pasado detrás de esos muros. Siempre llego a la conclusión de que Mi Colegio, comunidad religiosa, profesores, compañeros, me han enseñado a caminar por la vida con honestidad valorando la amistad, el trabajo, el esfuerzo…así se lo cuento a mis nietos, como antes lo hacía con mis hijos.

Un especial recuerdo allí donde se encuentre, al Padre Fidel, muy buen sacerdote y profesor, era un fenómeno jugando al frontón. Gracias a sus consejos me fui formando como persona para la salida al mundo profesional.

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement