Los antiotan argumentan que la guerra mata. Y es verdad. Y lo hace en ambos bandos, de modo que puede convertirse en pírrica una victoria que sobre el papel estaba cantada. Pero frente a quienes, perdido el respeto por la paz, se convierten en agresores y ocupantes de territorios habrá que colocar un parachoques, una fuerza que les enseñe los dientes, y recordarles el refrán que arranca de los tiempos del Marqués de Santillana: “El miedo guarda la viña”.
Hacer lo que no nos gusta es una carga. No hacer lo que nos gusta se llama frustración.
El tren botijo. Hasta bien entrado el siglo XX circuló entre Madrid y Alicante un tren cuyos viajeros solían llevar botijos de barro que mantenían el agua fresca durante el trayecto. Quien no viajó en un tren botijo no sabe lo que es un viaje de placer.
El tren de los Molinos es una versión moderna de aquellos trenes de excursionistas.
Enfermérides: Historia de las enfermedades a lo largo de la historia, valga la redundancia.
Acapariciar: Ser insaciable a la hora de recibir y acaparar caricias o halagos.
El escritor, desde las enzarzadas del lenguaje aspira a universalizar sus propias vivencias y reflexiones.
El tiempo es esa foto antigua de bordes rizados en la que ya no estaremos.
Circomanía: Pasión desmedida por los payasos, levantapesos y titiriteros.
Para ser violinista (no importa el nivel técnico) se requieren determinadas cualidades que el gran Yehudi Menuhín llama “atributos físicos, psicológicos y emocionales”. O sea, que completos, completos se cuentan con los dedos de una mano.
Se rumorea que los políticos huidos de la justicia van a ser declarados “hijos prófugos” de sus pueblos.
Un beso jamás se pide. Se da o se roba.
El cine nació en la prehistoria (las sombras proyectadas por el fuego sobre las paredes de las cavernas; solo había que sacarles partido).
Alejandro Dumas ganó en duelo con su autor Fréderic Gaillardet los derechos de La tour de Nesle, un drama histórico del que hizo un relato que fue llevado al cine en 1909.
Cohetáneos: Pirotécnicos –dos o más– que disparan cohetes al mismo tiempo.
Las operadoras vibran de contento en nuestro móvil cada vez que recargamos la tarjeta.
Tras las últimas leyes sobre el feminismo y la mujer lo único femenino que podrá tocar el varón será la guitarra.
