Inteligencia Artificial y Patrimonio Cultural

Alcázar de San Juan conserva un amplio Patrimonio Histórico-Artístico

AI

Hace un tiempo fui invitado, en una de nuestras universidades, a la toma de posesión de una nueva profesora en el Departamento de Ciencias de la Antigüedad, para impartir docencia en el Grado en Historia del Arte y Patrimonio Histórico-Artístico. Al final del acto le pregunté: ¿Has escuchado cómo la inteligencia artificial (IA) está siendo utilizada para preservar el patrimonio cultural? Me contestó:” Sí, es increíble”. “He estado leyendo sobre eso últimamente. La IA está revolucionando la forma en que conservamos y comprendemos nuestra historia.”. ¡Realmente estamos viviendo en una era emocionante! Recientemente he visitado la abadía del Mont Saint-Michel, y he tenido ocasión de comprobar como la IA está siendo utilizada, entre otras, para hacer que sea más accesible para personas con cierto grado de discapacidad”.

Alcázar de San Juan conserva un amplio patrimonio histórico- artístico. Museos: Municipal, de la Alfarería Manchega FORMMA, del Ferrocarril, del Traje Manchego, Centro de interpretación del Vino de la D.O. La Mancha, José Luis Samper, Casa del Hidalgo; Molinos de Viento, Conjunto Palacial del Gran Prior, Iglesia de la Santísima Trinidad, San Francisco, Parroquia de Santa Quiteria, y Santa María la Mayor; Ayuntamiento y Fundación Isidro Parra, Galería Marmurán, la antigua Fonda de la Estación, Yacimientos arqueológicos de la calle Gracia (Acceso Capilla de Palacio), Puentes y exclusas del Canal del Gran Prior, de las Saladillas, el conjunto arqueológico de Piédrola, son una muestra de su amplia oferta.

Antes de definir el término IA deberíamos precisar que entendemos por inteligencia. La Real Academia Española (RAE) nos la define como “Potencia intelectual: facultad de conocer, de entender o comprender”. La IA se puede determinar de la misma forma, pero aplicado a las máquinas. No existe una definición consensuada, pero son muchos los que han tratado de describirla. John McCarthy, un informático estadounidense, acuñó por vez primera el término IA, aunque hubiera preferido llamarlo “Inteligencia Computacional”, durante la conferencia que tituló “Dartmouth Summer Research Project on Artificial Intelligence”, dictada durante el año 1956.

Al igual que la máquina de vapor o la electricidad en su momento produjeron grandes cambios en la sociedad, numerosos científicos, desde la antigüedad se han sentido atraídos por crear máquinas capaces de pensar. En palabras sencillas, se basa en la programación de algoritmos capaces de aprender y adaptarse a nuevas situaciones, y de esta manera, según lo aprendido realizar acciones para resolver problemas de forma autónoma.

La IA está revolucionando muchos aspectos de nuestras vidas, y el ámbito del patrimonio cultural no es una excepción. Su aplicación a aspectos relativos a su preservación abarca diversas áreas. Los algoritmos de reconocimiento de imágenes y procesamiento de datos están siendo utilizados para catalogar y clasificar elementos arqueológicos de manera más eficiente y precisa que nunca.

En un mundo cada vez más digitalizado, la integración de la IA en la defensa del patrimonio cultural se ha vuelto una herramienta invaluable. La protección y preservación de monumentos históricos, y tradiciones culturales enfrentan desafíos constantes, desde desastres naturales hasta el deterioro por el paso del tiempo y el saqueo. Aquí es donde la IA emerge como un aliado poderoso en la salvaguardia del legado de la humanidad.

Además, la IA también está ayudando en la identificación y monitoreo de sitios de amenazados por el cambio climático, la urbanización y otros factores. Su integración en el estudio y conservación de los distintos tipos bienes patrimoniales está transformando la forma en que preservamos, gestionamos y disfrutamos de nuestro legado cultural. Sin embargo, es importante recordar que la IA es una herramienta, y su éxito depende en última instancia de cómo la utilicemos para nutrir y proteger la diversidad y la riqueza de nuestro patrimonio para las generaciones futuras.

La conservación y restauración de elementos históricos requieren un meticuloso trabajo de análisis y reparación. Aquí es donde la IA puede acelerar y mejorar el proceso. Mediante el uso de imágenes de alta resolución y técnicas de visión por computadora, los sistemas de IA pueden identificar daños, recomendar tratamientos específicos y simular cómo se verían las restauraciones propuestas. Esto permite a los conservadores restauradores tomar decisiones informadas y preservar la autenticidad de los objetos históricos.

La IA tiene el potencial de transformar positivamente la manera en que preservamos, accedemos y comprendemos nuestro patrimonio cultural, pero también plantea desafíos éticos importantes que deben abordarse de manera cuidadosa y reflexiva por lo que resulta fundamental considerar las implicaciones deontológicas en todas las etapas, desde la recopilación de datos hasta la implementación de soluciones. Esto incluye cuestiones de privacidad, sesgo algorítmico, equidad y transparencia en todas las fases del proceso de la toma de decisiones.




 




 

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