JUSTO LÓPEZ CARREÑO (1954)

Alcázar de San Juan (Ciudad Real)

Más allá de la identificación o asunción de los valores e intenciones que hayan inspirado el discurrir pedagógico de esta institución trinitaria a lo largo de los cien años de su funcionamiento en Alcázar de San Juan y que darían para una amplia tesis doctoral de la materia, creo que la celebración de esta efeméride responde al reconocimiento de un hecho que está ahí, formando parte de nuestro pasado personal y social que tenemos que asumir con toda la carga que ello conlleva.

Con más motivo, quienes hemos cursado nuestra escolaridad primaria y media en este centro y, además, hemos tenido la posibilidad de ejercer, aunque fuera un tiempo mínimo y coyuntural, como docentes de la misma, el peso de los recuerdos y el poso de sus influencias no debe pasar desapercibido. Por estas razones ya merece el agradecimiento y la colaboración en estos actos que resumen una parte irrenunciable de nuestra vida.

Sin perjuicio de otra intervención pendiente, a la que ya me he comprometido, quiero romper una lanza general por la contribución que este centro realizó por la educación en general, en un tiempo en el que ésta no era un derecho reconocido ni universal y del ejercicio físico y el deporte en particular, en una etapa en la que estas actividades estaban postergadas a una minoría y bajo el influjo del carácter paramilitar del régimen franquista vigente.

Si el baloncesto alcanzó la cima de su desarrollo con un equipo de jóvenes que disputaron el ascenso a la entonces 1ª División del mismo, como máxima categoría, el fútbol, que era el hermano menor en sus prioridades, tuvo también un desarrollo brillante como cuna de algunas figuras relevantes en el ámbito nacional y con equipos competitivos en la localidad, gracias también a la labor de una persona, Sebastián Palomares, colaborador y profesor en la Trinidad, que dirigió acertada y entusiásticamente esta modalidad futbolística en los años sesenta del pasado siglo XX y los inmediatamente anteriores y posteriores a dicha década.

Por todo ello reciba mi felicitación la institución trinitaria y el deseo de que continúe “redimiendo cautividades”, como reza su carisma, en este mundo convulso y desigual, porque oportunidades no le van a faltar.

VÍCTOR MANZANARES CHOCANO (1948)

Málaga

Qué duda cabe que llegar a cumplir… "¡Un Centenario de edad”, no ocurre ni todos los días ni a cualquiera, pero nuestra Trini, “¡Nuestro Colegio”, acogedor lugar donde un día comenzamos, siendo muy niños nuestra educación, impartida por esa Gran Familia de Padres Trinitarios y de Magníficos Profesores externos, cuyos nombres aún perduran en nuestro recuerdo, ha logrado alcanzarlo!!

Nos supieron inculcar en él, no sólo profundos Niveles de Conocimientos Culturales, sino también fomentar en nosotros los principios básicos que como personas humanas íbamos a necesitar, para sentar las bases de las relaciones personales en nuestra vida, a partir de la finalización de dicha etapa escolar en La Trini.

Es por ello que hoy nuestra Felicitación también incluya un grato recuerdo, junto a los DOCENTES, a todos aquellos compañeros y amigos que a partir de entonces nos dejaron su huella y marcaron nuestras vidas a futuro, en relaciones de toda índole. FELICIDADES a la TRINI pues, como Institución Cultural. FELICIDADES a todos los Padres Trinitarios que la componen, en mi mente conservo aún, aquél buen y gran Padre Fidel imbatible jugador de pelota a mano en nuestro frontón. FELICIDADES al Profesorado laico, y cómo no, mi grato recuerdo al Profesor D. Antonio Gutiérrez, que nos hizo conocer la Física y Química, campechano y amante de su Asturias natal o a D. Teodoro que nos descubrió la belleza de la Literatura, aunque nos abandonase, seducido por la magia andalusí de su Cátedra granaína fruto de su buen saber hacer, y finalmente FELICIDADES a todos los Compañeros y Amigos, tanto a los presentes aún: Amigo Mirones y su añorada Cantabria; Amigo Gómez en su musical Galicia gaiteira; Amigos entrañables de Bachiller hasta la dispersión universitaria: Barco, Vicen, Rufi, Lucerón y otros en el olvido.., como a los que nos habéis dejado demasiado pronto seguro dignos embajadores ante el "Creador" en la presentación de Credenciales de esta nuestra terrenal Institución Trinitaria creada: Loa pues, a los Amigos Ángeles: Marín y Rivas con algunos otros más, componentes de nuestra Gran Familia Trinitaria. Va...por todos, los que un día, tuvimos la suerte de formar parte de ELLA, nuestra añorada TRINI, nuestro recordado COLEGIO.

Acompaño parte de mis recuerdos de aquella feliz etapa...con la foto recopilada. Junto a mis hermanos, alumnos en cursos sucesivos, Jesús y Luis Fernando, fuimos apodados por algunos, como los Hermanos Mature. En igual plano…existían también Hermanos Lucerones, Hermanos Peñuelas... y otros. Por allí desfilábamos verdaderas familias.

Mi anécdota que recuerdo : El mes que pasó escayolado mi dedo meñique, fruto de un partido de fútbol en el campo de tierra del colegio, entre alumnos de Bachiller Elemental contra los de Bachiller Superior, en el que yo, un pequeño delantero salté a un remate de cabeza para meter gol y la salida al despeje del portero que defendía la portería del Bachiller Superior, nuestro compañero y buen guardameta que ya destacaba entonces: Manuel Delgado Meco, cayó sobre mí y mi dedo en mala postura se fracturó. Manolo se excusó como buen deportista…pues eran lances del juego. Afortunadamente una buena rehabilitación lo normalizó.

Ánimo y hacia el *SEGUNDO CENTENARIO*, aunque será nuestra siguiente generación quién lo celebre.

Con cariño y un fuerte abrazo...