Ni con calzador parece que se pueda encajar una amnistía en nuestro ordenamiento jurídico. Pero cabrá, vaya si cabrá, y con su verdadero nombre a mayor gloria del aspirante a recalentar el sillón presidencial. Se habló de buscar un término-disfraz que surtiera idénticos efectos, y a mí me salió “regalía” (sin virgulilla) como una fineza o detalle caído del cielo monclovita sobre una caterva de en su día probados delincuentes a los que ha venido Dios a ver por mor de los cálculos del señor d´ Hondt y su desdichada ley que en algunos casos –y no señalo a nadie, no hace falta– desemboca en el puro disparate.
Orbediencia: Se cumple en toda la redondez de lo creado cuando se respetan las leyes del Creador.
Bragabundo: Mendigo que pide limosna y duerme en las calles de la bella ciudad portuguesa de Braga.
Moquita: Moqueta demasiado fina y delicada para según qué usos, que se deshilacha con facilidad como algunas leyes.
Astronomías: Cada una de las diecisiete comunidades autónomas en que se dividen los astros de nuestra galaxia.
Impostidura: Cuando quien se beneficia de un cargo no es el ganador de unas elecciones sino quien las pierde valiéndose de artimañas y posibles puntos flacos de la norma.
Farraón: En el antiguo Egipto, gobernante que cada dos por tres montaba una juerga en cualquier rincón de la pirámide.
Indefendiente: Persona que no defiende como debiera aquello que debería defender como la verdad, la justicia, la igualdad, y por ahí.
Ley de bienestar vegetal: Los últimos estudios revelan que las plantas se comunican entre sí, se mueven hacia la luz y hacia el agua y hasta pueden predecir sequías. Pronto habrá una ley para controlar sus movimientos.
¿Y por qué no una ley de bienestar mineral que fije normas sobre el tratamiento que hemos de dar los humanos a las rocas y pedruscos que nos rodean? ¿Alguien ha pensado en lo mal que lo debe pasar una pieza de mármol cuando el operario le aplica la radial hasta que saltan chispas?
Una vez más la frase de Menandro: “alea iacta est” cobra actualidad y los separatistas van a tener su amnistía. Habrá que suplicarles que al menos juren o prometan, sin cruzar los dedos, que no van a cumplir a rajatabla lo que han comunicado hace unos días la Asamblea “Nacional” Catalana y otros organismos patrios de iniciar un segundo procés “justo al día siguiente” de que se les conceda la amnistía.
De “Aforismos, greguerías y otras escrituras” II
