Sobre las sábanas frías
de una cama de hospital,
dijiste adiós esa tarde,
frio sol tras el cristal.
Qué triste quedaba Torres,
tu Pretil y tu Arenal,
cuando a tus ojos cansados
se le hizo noche el fanal.
Trizaron las golondrinas,
las campanas repicaron,
fue de enero un veinticuatro,
ya dos años que pasaron.
Dos años que vagan ya,
huérfanos van tus sonetos,
Pretil, Callejón del Toro,
y Torres junto al Convento.
De los frailes Trinitarios
el din don de las campanas
lloran junto a doña Acacia
desconsoladas te llaman.
Verso a verso la clepsidra
va perdiendo tu memoria,
para edíles y Ateneo,
tu persona ? ya es historia….!