Crónicas desde el Corazón de Europa

Por Javier Mata

Bonjour à toutes et tous !

El día 4 de octubre se celebra la festividad de San Francisco de Asís, en el santoral católico, pero también el DIA MUNDIAL DE LOS ANIMALES. No creo necesitar explicar el vínculo entre esta celebración y la fecha. De todos es conocido que Francisco de Asís fue un adelantado a su tiempo en muchas cosas y, entre ellas, de la vinculación entre nosotros como seres humanos y el entorno, algo en su época difícil de entender.

En realidad hoy también sigue siendo difícil de entender para una gran mayoría de nuestros congéneres. Francisco llamaba “hermano y hermana” a los animales, plantas, y demás naturaleza en la que estamos integrados. Y bien poco se equivocaba, ya que en realidad todos descendemos del mismo origen de vida, que él atribuía a Dios y otros lo hacemos a la propia evolución.

Creo haberlo contado mil veces, porque pude ser veterinario en lugar de médico, y siempre me apasionó la biología, pero no fue hasta que en pequeño gatito abandonado se coló literalmente en nuestra casa en la primera etapa en Francia, que no fui consciente de lo mucho que nos une. Literalmente me abrió los ojos a un mundo (el animal) al que sin desprecio pero sin aprecio consideraba inferior y de alguna manera al “servicio del ser humano”. Mentalidad en el fondo muy medieval pero de actualidad por desgracia. Este ser vivo que nosotros catalogamos en la especie de los “gatos” me ha enseñado mucho: la lucha por vivir por ejemplo. Está claro que en mi casa tiene cariño y comida, pero díganme que diferencia hay con lo que cada uno de nosotros busca al final: amor  y comida.

Tenemos aún muchas actitudes a desterrar. Muchas que el bueno de Francisco nos reprocharía con una sonrisa o quizás con un ejemplo de amor a los animales. Nos hemos apoderado de este planeta en el que hemos evolucionado y del que dependemos para sobrevivir, pero del que somos una especie más. Nuestro prepotente y a la vez megainteligente (en comparación con los otros seres vivos) se cree el amo, el dueño de la “creación” (otra idea muy medieval), pero en realidad no lo somos. La “madre” naturaleza se encarga de vez en cuando de recordárnoslo ( y la prueba reciente del volcán de La Palma es una de ellas), de bajarnos los “humos”.

Hace aproximadamente 65 millones de años un meteorito acabó con el 80% de las especies que habitaban la Tierra. Especies que se habían “adueñado” de la misma, como nosotros ahora. Hoy somos los responsables directos, sobre todo después de hace unos 20.000 años, de la extinción de un número impresionante de especies. Hay quien lo llama la “sexta” extinción (para el lector no lego, se contabilizan hasta cinco extinciones masivas en la historia de la vida en nuestro planeta  y la última es la comentada de hace 65 millones de años que acabó entre otros con los dueños de la Tierra entonces: los dinosaurios).

No creo que vayamos a cambiar mucho en los próximos siglos o quizás milenios sobre nuestra visión de la naturaleza de la que dependemos. Seguiremos matando por matar, echando la mierda en la casa que vivimos, asfixiando el aire que respiramos, despreciando a nuestros “hermanos” animales. No soy muy optimista. Sin embargo siempre estará la “voz” de nuestro congénere Francisco, el de Asís, que ya hace mil años, sin violencias ni imposiciones, sin creerse superior nos enseñó con su lenguaje sencillo cuál es en realidad nuestro sitio en este mundo.

Y por ello se celebra su onomástica y la de los animales. La de nuestros “hermanos”.

Bon courage!

                                                                                                          Javier Mata

Más en Opinión
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement