Se veía venir el rearme ideológico de la derecha y ultraderecha, impulsando de nuevo el franquismo sociológico, después de 45 años de libertades democráticas, donde éste no se fue nunca del todo, pues quedó impregnado dentro de las principales instituciones del Estado, de los poderes fácticos del anterior régimen y en una gran parte de la sociedad española, que disimulado en los primeros años de la democracia, estaba enclavado en costumbres y tradiciones casposas que se han guardado como Oro en paño, además de conservar los privilegios de unas minorías conservadoras a costa de los derechos de la mayoría de los y las españolas.
Las elecciones municipales del 28 de mayo del 2023 fue el aviso electoral más claro de que el franquismo sociológico volvía a renacer con mucha fuerza en pueblos, ciudades, regiones y nacionalidades de norte a sur y del este al oeste, sin pedir permiso a nadie, pero una parte importante del pueblo español no despertó de su letargo hasta que se vieron los resultados, una vez sustituidos gobiernos progresistas en los ayuntamientos y comunidades autónomas, por gobiernos de derechas en coalición con la extremas derecha.
Solo la torpeza de su estrategia, enseñando sus verdaderas intenciones de la involución y la vuelta al pasado de una España en Blanco y Negro, negando derechos y libertades que ya creíamos inamovibles en nuestro orden constitucional y social, se están negando o lo que es peor, anulando derechos y libertades que ya son santo y seña de nuestra memoria colectiva y acervo colectivo allí donde tienen oportunidad de gobernar, han abierto los ojos a muchos demócratas incluso a algunos de derechas que ya no entienden la vuelta a tiempos de triste recuerdo para muchos de nosotros y nosotras.
Todos los medios y encuestas les daban por ganadores sin tan siquiera bajarse del autobús, pero mucha gente reaccionó después de ver la involución que se está dando en ayuntamientos y comunidades autónomas donde están gobernando y sobre todo después del debate a tres en TVE, donde Feijóo se borró y todavía no ha explicado por qué.
Ahí Abascal, de forma clara, aún con tono no tan respondón, dejó clarísimo cual era el ideario que estaban dispuestos a aplicar. El tarden Pedro Sánchez-Yolanda Díaz le dio la vuelta a la tortilla, remontando la ventaja de la derecha y la ultraderecha, aunque el voto útil de la izquierda se lo llevó el PSOE, gracias al gran trabajo de SUMAR y Yolanda Díaz, pero para mí insuficiente, lo que hace que un señor amortizado y huído de la justicia tenga la decisión final en sus manos.
Injusto, muy injusto para ganar un partido merecido por su acción de gobierno en líneas generales con algún que otro error, normal en una acción de gobierno en legislatura tan complica, pandemia, volcán, guerra en Europa y subida excesiva de precios.
Todavía las espadas están en alto y nos jugamos mucho, y como solía decir Julio Anguita, no vale solo con ganar en las urnas y en las instituciones, hay que ganar la calle, en los movimientos sociales, en la sociedad civil, no vale solo con votar cada 4 años, la democracia activa y participativa de la ciudadanía ha de ser permanente, por eso es necesario, sin que tan siquiera las instituciones o partidos nos llamen a la movilización social en defensa de las libertades, y de los derechos ante los privilegios de los de siempre.
Sabiendo que agosto no es buen mes para la movilización social, porque media España está de ferias y fiestas en los pueblos y la otra media en las playas disfrutando de sus vacaciones, en el mes de septiembre, la Sociedad Civil debería movilizarse en todos los pueblos y ciudades de España para defender algo tan importante como son las libertades democráticas, los valores progresistas de la ciudadanía y los derechos ante los privilegios, de trabajadores, pensionistas, mujeres y personas vulnerables con riesgo de exclusión social.
Joaquín Arias Abengózar
