En la calle, impotente, enferma, con pocos recursos y esperando el desalojo de quienes fueron sus inquilinos. Así asegura estar Dolores Pérez Alcañiz, una alcazareña de 71 años de edad, propietaria de una vivienda ubicada en el número 32 de la calle Recreo, "ocupada" actualmente por una familia numerosa a la que el pasado 18 de febrero le terminó el contrato de arrendamiento, pero que, según Dolores,se niega a abandonar la casa.
Desconcertada y sin saber cómo solucionar el problema para recuperar su vivienda, Dolores afirma que ha presentado denuncia en la Comisaría de Policía Nacional, porque hace unas semanas tuvieron ella y su hija un enfrentamiento con los "inquilinos" que acabó incluso con lesiones, pero de momento nadie la ha llamado del juzgado ni de ninguna administración, según explica. También ha solicitado abogado de oficio para iniciar el correspondiente procedimiento judicial, pero tampoco tiene nada claro ni resuelto en este sentido.
Viuda y con una pensión mínima, se muestra también preocupada porque la familia que vive en su casa "no está pagando los recibos de luz o de agua", con lo que posiblemente le acaben llegando a ella los recibos de esos consumos.
Dolores espera recuperar su casa cuanto antes "porque no quiero irme a una residencia, ni quiero meterme en casa de mis hijas". Llora de impotencia, superada por una situación que considera injusta. Se arrepiente de haber metido hace un año como inquilinos a esta familia en su vivienda (con un contrato de alquiler de un año que terminó el 18 de febrero, según la documentación que aporta), pide ayuda a través de este medio de comunicación y reitera que lo único que ella quiere es vivir tranquilamente en su casa.
