EL FORÁNEO DE ALCÁZAR. SERIE PERSONAJES ILUSTRES DE ALCÁZAR (IV)

Licenciado Francisco Falcón Díaz, jurista, historiador, pacificador de españoles y protector de indios

Por Chindasvinto

Francisco Falcón y Díaz nació durante el duro estío, el 22 de julio de 1521 en Alcázar de San Juan, hijo de Antonio Falcón “El viejo” oriundo de Ciudad Real y de María Díaz de Quirós. Ocho hermanos tuvo. El triste otoño de 1587, un 4 de octubre, su vida llegó al final cuando residía en Lima (Perú), donde reposan sus restos como veremos más adelante.

El 27 de diciembre 1512, el rey Fernando el Católico promulgaba la que para muchos autores es una de las semillas de la muy posterior Declaración de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional. Eran la Leyes de Burgos dictadas para su aplicación en las Indias, el Nuevo Mundo o América, en las que abolió la esclavitud indígena y organizó su conquista. Tras los desmanes de los primeros años de conquista, estas leyes, vinieron a considerar que el indio tenía la naturaleza jurídica de hombre libre con todos los derechos de propiedad, que no podía ser explotado pero como súbdito debía trabajar a favor de la corona, a través de los españoles allí asentados, para lo que fueron creadas dos instituciones indianas: el requerimiento y la encomienda, que no vienen al caso aquí y ahora. Como representante legal de la corona y procurador de los indios, nuestro ilustre alcazareño el Licenciado Francisco Falcón Díaz, fue enviado a América.                                                                                                               

Fig.1. Dibujo representativo de la imagen del Licenciado Francisco Falcón Díaz. (tomado de https://peru-cristiano.blogspot.com/2017/05/falcon-defensor-del-pueblo-indigena-del.html). Forma parte de un legajo del propio Francisco Falcón.

Como jurista, dedicó la inmensa mayoría de su tiempo a la defensa cumplimiento y hacer cumplir dichas Leyes de Burgos enfrentándose para ello a autoridades laicas y eclesiásticas sin miedo alguno ganándose el respeto de indios y españoles y alguna enemistad con las autoridades que lo llevaron a padecer prisión e incluso excomunión.. (Guillermo Lohmann Villena. “El Licenciado Francisco Falcón (1521 – 1587). Vida, escritos y actuación en el Perú de un procurador de los indios.” En Anuario de Estudios Americanos, Sevilla 1970, 131 – 194).

Como decíamos anteriormente, Francisco Falcón nació en Alcázar de San Juan un 22 de Julio de 1521. Hijo de Antonio Falcón “El Viejo” que era oriundo de ciudad Real y de María Díaz de Quirós. Tuvo ocho hermanos; y falleció un 4 de octubre de 1587 en la ciudad de Lima (Perú), donde reposan sus restos, en sepulcro dentro de la iglesia del Convento de Santo Domingo, justo frente a su lugar de residencia y donde él había decidido ser inhumado.

     Realizó sus estudios de Leyes en el Estudio General de Lérida (aún no había sido fundada la Universidad Franciscana de Alcázar), donde se rodeó de ilustres compañeros de aulas como el doctor Gabriel de Loarte que fuera después asesor del virrey Francisco de Toledo o como el famoso doctor Juan de Herrera, el arquitecto de Santa Quiteria. No obstante Francisco Falcón no llegó a conseguir el doctorado ni en Lérida ni posteriormente en la Universidad de Lima, aunque lo intentó.

     Terminados estudios, contrajo matrimonio con una toledana, Briseida de Torres, que pasa por ser la primera mujer que viajó a América, cuarenta años después de que lo hiciera el primer hombre. Lo hizo en compañía de su recién estrenado marido en 1555. En registros del Archivo General de Indias de Sevilla, aparece referenciada su papeleta de embarque en la Casa de Contratación como: (A.G.I.S. “Catálogo de pasajeros… Volumen III, papeleta 2896. CONTRATACION 5536, L. 5, F 277, R 1”.) En dicha papeleta, se incluía la licencia para pasar a Popayán y Chile, desde Sevilla, para un grupo de personas que lo incluía a él y a su esposa Briseida de Torres, a Luis de Torres (hermano de su esposa), a Juan de Busto (sobrino de Falcón, hijo de su hermana Inés) y a un criado que no se nombra.

Llegados a este punto, es necesario hacer al menos tres aclaraciones ya que cualquier historiador avezado podría poner en entredicho todo lo aquí escrito.

. Cómo es posible que dejaran viajar a América a un jurista o procurador si en aquellos años estaba prohibido que lo hicieran o se asentaran? Los abogados y los procuradores de causas fueron tempranamente prohibidos para ingresar al Nuevo Mundo. En 1509, ya tenían prohibido asentarse en La Española gracias a las exitosas quejas de Diego Colón, el descendiente del ilustre Almirante. En 1507, Colón elevó sus quejas sobre los problemas ocasionados por los ‘hombres de leyes’, ya que habían dado origen a numerosos pleitos y diferencias. La prohibición expresa tenía la excepción si se obtenía un permiso especial de la Corona o si se viajaba por la condición de funcionario del Estado, como era el caso de Francisco Falcón. Se ha de tener en cuenta que el mundo legal de la Época era complejo, burocrático y especializado. El poder judicial era compartido por la Iglesia y la Corona. Ambas instancias contaban con sus propios tribunales y juzgados y entre ellos había usuales contiendas de competencia. Estas contiendas y las manipulaciones a que daban lugar no eran privativas de las disputas entre ambas instituciones. Dentro de la justicia local, los abogados actuaban indiscriminadamente, haciendo uso, en primera instancia, del cabildo [leyes civiles] o del corregimiento [leyes religiosas] según les conviniese. (Honores, Renzo. Tesis doctoral presentada en Florida International University, 2007: “Una sociedad legalista: Abogados, procuradores de causas, y la creación de una cultura legal colonial en Lima y Potosí, 1540-1670").

2ª. Si el destino como funcionario del Estado era Popayán y Chile, cómo es posible encontrarlo en territorio de Venezuela, Ecuador, Colombia y Chile?. Al inicio de la conquista, la división administrativa no es ni con mucho parecida a la actual. No existían esas divisiones administrativas a las que la mente nos lleva por la familiaridad y la proximidad en el tiempo. A América del Sur y Costa caribeña de América central se la llamó Tierra Firme o Nuevo Reino de Granada y Popayán (ver figura 2), nombre que se hizo extensivo posteriormente hasta los confines conocidos del estrecho de Magallanes que la separaba de Tierra del Fuego por el sur y de Nueva España por el norte (incluía México y norte del mismo). Por tanto, ya estuviera en Popayán, Quito o Lima, era la misma circunscripción administrativa que hoy día señalaría a cinco países distintos con la actual división administrativa. (Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile y Perú).

Fig. 2. Mapa de las primeras divisiones coloniales del Reino de Tierra Firme, Nuevo Reino de Granada y Popayán a principios del siglo XVI. Biblioteca Comunale De Trento.

 

. Como de modo exquisito refleja (Martín-Fontecha, A: La emigración de Alcázar de San Juan a América en siglo XVI, 2021. Ed. PMCASJ. TESELA 85), de Alcázar, naturales de la ciudad, partieron según los registros consultados un cómputo muy aproximado de 98 personas, aunque como algunos aparecen en dos registros el cómputo de emigrantes sería más exacto con la cifra de 94. De cada registro se recogía nombre y apellidos, fecha del pasaje, nombre de los padres, estado civil, destino y profesión. Aparecen tanto Falcón como su esposa Briseida de Torres. Sobre esta base, y consultado Archivo General de Indias con la clave Pasajeros y papeleta o billete era frecuente que con una misma papeleta pudieran disponer de acceso al pasaje, núcleos familiares e incluso servidores como ocurrió en el caso de Falcón. Con su papeleta, referenciada previamente, viajaron 5 personas (él, su esposa, su cuñado, su sobrino y un criado), situación que era no infrecuente cuando se trataba de algún funcionario real, siempre y cuando cumplieran con los requisitos exigidos por la corona para poder viajar a América: a) Pertenecer y ser súbdito de la Corona. b) Ser “limpio de sangre”. c) Ser cristiano viejo. d) No tener impedimento matrimonial para viajar. En algunos casos, si el hombre era casado, debía de aportar una licencia de su esposa, la cual le conminaría a regresar con ella y no abandonarla o bien, “llamarla” desde Indias para reunirse.

Hechas las aclaraciones anteriores, encontramos ya a Falcón en 1555 en la provincia de Popayán y su primer destino fue Cali, donde ejerció el cargo de teniente general del gobernador Luis de Guzmán durante dos años, hasta 1577. Primer destino y primer problema, como solía ocurrir con los letrados y por ello su prohibición para ejercer en América. En esencia se trataba de la protesta de Falcón porque los alguaciles civiles de indígenas llevaban varas de mando con símbolos cristianos y el letrado se enfrentó a las autoridades religiosas locales solicitando la división de los poderes civil y religioso, puesto que los religiosos no podían usar las insignias que eran exclusivas del poder civil. Esto creó un enorme malestar entre los religiosos y en 1565, el obispo Del Valle, que era inquisidor, rápidamente acusa a Falcón de luterano hereje y lo excomulgó. (Lohmann, El Licenciado Francisco Falcón (1521 – 1587). Vida, escritos y actuación en el Perú de un procurador de los indios.” en Anuario de Estudios Americanos, Sevilla 1970, 131 – 194).

 Antes de la excomunión fue invitado a retractarse, pero se negó arguyendo la pragmática de los Reyes Católicos el 10 de enero de 1502 sobre el “uso de las insignias de autoridad por los jueces eclesiásticos, en detrimento de la jurisdicción regia”. Su negativa lo llevó a la cárcel durante 5 meses. Sólo intentó hacer cumplir las leyes civiles, pero en aquella sociedad ya empezaba a prostituirse el cumplimento de las mismas con el amparo de la distancia a la Corte y el tiempo pasado desde la pragmática. A todas luces injusto para nuestro abogado. Para evadir la cárcel, Falcón, engrilletado y con soga al cuello tuvo que pedir disculpas públicas durante la misa en el centro mismo de la catedral de Popayán. Excomunión, cárcel y afrenta vergonzosa.

Tras el escarmiento, su segundo destino fue Quito donde ejerció el mismo cargo además del cargo de Justicia mayor desde 1557 hasta 1559, dejando ambos cargos al cambiar el gobernador.

Volvemos a tener noticias de Falcón ya en su tercer destino, en Lima, donde aparece como “abogado de ejercicio libre” · además de su funcionariado y haciéndose cargo de pleitos cada vez más complejos por el buen hacer como letrado y la fama que iba adquiriendo con su buena praxis, durante toda la decena de 1560. Lima fue concebida como una ciudad burocrática, con universidades y tribunales y sede del poder virreinal. Allí se instaló de la Audiencia en 1544 que le confirió una posición preeminente como corte de apelaciones. Era la importancia jurisdiccional la que le daba primacía a Lima sobre Potosí.

En Lima y desde 1564 ejerce como asesor del arzobispo Loayza en casos tales como “sospechas de herejía en algunos escritos” y además se hizo de gran prestigio cuando ejerciendo como procurador general de los indios de su distrito razonó y fundamentó en derecho el perjuicio que ocasionaban los corregidores civiles del gobernador (García de Castro) a su defendidos proponiendo, en nombre de sus apoderados, elegir de entre los mismos indios autoridades propias para su gobernación, argumentación que hizo suya el arzobispo Loayza.

Tras este éxito profesional, el propio gobernador, aun habiendo perdido su pleito, pero admirando los conocimientos y mejor practica y razonamiento de Falcón, no dudó en solicitar los servicios de nuestro ilustre paisano, como asesor legal personal y propio para sus decisiones como autoridad gubernamental máxima. Estas consultas reflejan el prestigio que como abogado y jurista tenía el licenciado Falcón entre sus pares y las autoridades religiosas y civiles de Lima y el Perú (Lohmann, El Licenciado Francisco Falcón (1521 – 1587). Vida, escritos y actuación en el Perú de un procurador de los indios.” en Anuario de Estudios Americanos, Sevilla 1970, 131 – 194).

Con las credenciales ganadas con sus éxitos, fue en muchas ocasiones contratado como asesor y abogado en múltiples pleitos que sería interminable listar. Ya hemos visto algunos de sus clientes como el arzobispo Loayza, el Gobernador García de Castro…, pero no quedó ahí la serie, ya que se añaden D. Álvaro Ponce de León, presidente de Quito y de Lima, el mismo virrey Francisco de Toledo, las autoridades eclesiásticas para oír sus argumentaciones en el Segundo y Tercero Concilio de Lima, e incluso un intercambio epistolar solicitado ya por Felipe II donde daba cuenta al rey de aciertos de gobierno en las américas así como de tropelías cometidas contra los indios. Todas las opiniones siempre en relación y en el contexto de su eficaz tutela del bienestar y justicia para los Indios. Sus argumentaciones y ajustes a derecho sentaban cátedra para el resto de sus compañeros y para las autoridades civiles y eclesiásticas. Hasta los jueces, tenían en cuenta las argumentaciones de Falcón, que usaban los magistrados incluso como documentos fiables de jurisprudencia.

En la última carta que escribe a Felipe II advierte al rey de la esclavización a que eran sometidos los indios por parte incluso del clero y el comercio con la coca, sin importarle la formación y evangelización y que si era del gusto o razón del rey, solicitaba que no vinieran más españoles a Tierra Firme y que los que había y que ya se habían enriquecido volvieran a la metrópoli para no enrarecer más las conductas.

Falcón enviudó en fecha desconocida, pero posterior a 1573. Volvió a casarse en 1578, a los 57 años, con doña Isabel Mejía de Arévalo. Según las crónicas no tuvo descendencia.

En sus últimos tiempos, seguía recibiendo peticiones de intervención, y con el apelativo que con su esfuerzo se había ganado, “persona de ciencia y conciencia”, siguió demostrando su calidad personal y profesional.   Sólo se le confiaban trabajos difíciles, con los que probablemente se iba a hacer de enemigos, pero él los aceptaba, sin miedo alguno, para aplicar la justicia y aliviar en algo los atropellos que sufrían indígenas y españoles pobres. Además de recibir pago por estos encargos, Falcón actuaba como parte de la legalidad española que aún intentaba imponerse en Indias; es decir, siempre estuvo del lado del Rey y de la corona, de la legalidad peninsular, pero velando por un mejor orden jurídico y administrativo para ultramar.

Fig. 3. Primera página digitalizada del protocolo de testamento de Francisco Falcón (y 156 documentos más) en: Archivo General de Indias.  Sección Bienes de Difuntos. Protocolo: CONTRATACIÓN, 240, N 13.

Falcón falleció un 4 de octubre de 1587 en Lima y como hemos dicho, parece que sin descendencia... Pero,al protocolizar su testamento y en consulta al Archivo General de Indias de Sevilla, a mí me surge la duda de si realmente murió sin descendencia, puesto que en el testamento aparecen los beneficiarios y sin duda uno de ellos es su padre, Antonio Falcón “El Viejo”, pero otro de los beneficiarios resulta desconocido, María de la O, que aparece como nuera de Falcón y que fue esposa de Antonio Falcón “El Mozo”, por lo que bien podríamos pensar que se tratara de su hijo, sin menoscabo de que fuera un sobrino (Ver figura 4). El texto de los beneficiarios reza así:

 Autos sobre bienes de difuntos: Licenciado Francisco Falcón, natural de la villa de Alcázar de Consuegra, difunto en Los Reyes. Herederos: Antonio Falcón, ‘El Viejo', y María de la O, su nuera, esposa de Antonio Falcón, 'El Mozo'.

Tras mucha consulta, dejo en el aire la respuesta a la misma, pero facilito el enlace directo por si algunos de los lectores tiene la inquietud de seguir profundizando en este tema genealógico. (Acceso gratis, cedidas mis claves. Es legal, Testamento y 156 documentos más): http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/show/71437

Fig. 4. Captura de pantalla de Archivo de Indias digitalizado signatura CONTRATACIÓN, 240, N 13. En el Epígrafe Contenido y estructura se puede leer el nombre de los herederos de su protocolo de Testamento.  D. Antonio Falcón “el Mozo” podría ser su hijo, pues María de la O era su nuera y esposa de Antonio Falcón... Las referencias apuntan a que murió sin descendencia. La duda está servida.

     Sin duda, un paisano ejemplar, otro de los encomiables naturales de Alcázar que andan perdidos por la historia. Que nos sirva de orgullo pero no basta con contentarnos porque debe servir también de aprendizaje y si esto lo lee algún futuro jurista, que sepa entonces apreciar las fundamentaciones en derecho y los argumentos de nuestro querido Licenciado Francisco Falcón Díaz.

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