1 de julio, Día Internacional de las Cooperativas: “Cooperativas por el desarrollo sostenible”

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photo_camera Ángel Villafranca

Como todos los años, el día 1 de julio es el día en que el cooperativismo de todo el mundo se viste de gala y celebra su día grande, el Día Internacional de las Cooperativas. Esta celebración tiene especial importancia en regiones como Castilla-La Mancha en la que el peso de nuestro cooperativismo agroalimentario es sustancialmente más importante que en otras regiones, pues no en vano supone el 7,56% del PIB regional o lo que es igual el 42% del valor total de la producción agraria castellano-manchega.

Así, los datos de nuestro cooperativismo no dejan lugar a dudas: 585 cooperativas y ss.aa.tt., repartidas a lo largo y ancho de los 919 municipios de la región, que agrupan a 158.000 familias cooperativistas, con una facturación agregada en constante crecimiento llegando en el último ejercicio a más de 2.238.000 millones de euros, siendo motor regional de las exportaciones de productos agroalimentarios, liderando sectores como el vino o aceite de oliva, y generando más de 5.500 empleos directos, estables y de calidad en nuestras cooperativas.

Nuestro principios y valores nos hacen ser diferentes, que no privilegiados, respecto de otros modelos empresariales: primacía de las personas sobre el capital, interés general sobre el interés particular de cada socio, el control democrático de la actividad social y económica que ejercen los propios agricultores socios, la puerta abierta a la entrada de nuevos socios, o la redistribución de los beneficios entre los socios en proporción a su participación en la actividad cooperativizada, beneficios que, dicho sea de paso, siempre quedan en el propio territorio y no se deslocalizan.

Así las cosas, la empresa cooperativa agroalimentaria se configura como una empresa colectiva resultante de la agrupación de cientos o miles de empresarios agrarios individuales para defender mejor sus intereses, captar el mayor valor añadido posible a sus cosechas, dar seguridad a sus socios a la hora de poner sus productos en el mercado, y producir un efecto regulador en el mercado tanto en el valor de las materias primas que aportan, como en la adquisición de los insumos necesarios para ejercer su actividad (carburantes, fertilizantes, fitosanitarios, etc.). ¡Qué sería de la agricultura y de los agricultores, sin las cooperativas!

Estos valores son los que legitiman que el artículo 129 de la Constitución Española estableciese la obligación de los poderes públicos de fomentar, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. Consecuencia de este mandato constitucional, los poderes públicos han dotado a las cooperativas de una legislación específica, un régimen fiscal propio y un acceso a las ayudas públicas que es, sin duda, el más eficiente y redistributivo que puede existir en nuestra sociedad.

Satisfechos de nuestro pasado, el cooperativismo tiene que enfrentarse en los próximos años a retos muy importantes, tales como la digitalización de nuestros procesos, el relevo generacional de nuestra base social, la constante mejora de nuestra dimensión empresarial y comercial, nuestro papel como agentes dinamizadores del medio rural y, sobre todo, el compromiso para lograr una agricultura más rentable y sostenible con la que poder seguir produciendo alimentos para alimentar nuestro mundo.

Las cooperativas ayudan a lograr un mundo más sostenible. Las cooperativas hacen un mundo mejor. ¡Feliz día a todas las cooperativas y cooperativistas del mundo!

Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha

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