AFORISMOS, GREGUERÍAS Y OTRAS ESCRITURAS. VA DE “REFE”

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Amortizado, mal que bien, el indulto, y aguantando contra viento, marea y sentir del pueblo la más que discutible amnistía, nadie cree que quien ha llegado hasta aquí vaya a dar marcha atrás en lo del referendo por muy clara que sea la constitución sobre la “indisoluble unidad de la nación española” (artículo 2) y su “integridad territorial” (artículo 8). Se admiten apuestas.

Desafrío: Cuando alguien reta a alguien y ese segundo alguien no hace ni puñetero caso al reto. O sea, que cuando uno no quiere, dos no riñen, que se dijo siempre. Y esto tendría que servir a todos los niveles.

Chuliloquio: Conversación que a veces mantiene “El Chuli” consigo mismo intentando convencerse de que tiene toda la razón. A veces, le cuesta hilvanar el silogismo.

La vida es solo un viaje de ida y vuelta en el tiempo.

Conversatorio: Establecimiento que habría que crear donde los políticos aprendieran a conversar entre ellos en lugar de asaetearse con el famoso “y tú más”.

Festichismo: Desviación laboral de la gente que prefiere ir a los festivales y saraos que acudir al tajo.

Cartálogo: Folleto o libro que recoge distintos modelos de cartas. Podría servir de muestra la “Guía del artesano” de Esteban Paluzíe y Cantalozella. (De ayer mañana).

Choricismo: Práctica muy extendida que consiste en “pillar” lo que se pueda. Lo suelen hacer en mayor grado los políticos, solos o en compañía de otros (políticos).

Burrómetro: Vara larga que sirve para medir la alzada (del talón a la cruz) de los pollinos.

Bragaje: Colección de bragas que algunas señores llevan en sus maletas en los viajes.

Bemólidas (partituras). Palabro a proponer a la RAE. Son aquellas que están plagadas de bemoles de las que se dice entre músicos (y no músicos) aquello de: “tiene bemoles la cosa”.

Fetichisme: Desviación mental que consiste en dar como ciertos los chismes, cotilleos y habladurías que se oyen y publican a diario.

Visto en TV (7.3.24) “Quiero terminar felicitándome” (Ministro Bolaños dixit). Y, como yo no tengo por qué ser menos que el ministro polipotenciario, quiero terminar esta entrega de mis aforismos, greguerías, etc. felicitándome efusivamente por lo bien que me ha quedado.

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