Pensamientos en campaña

Por Pedro Pablo Novillo

Quizás el empeño más decidido de las izquierdas de hoy deba ser el de poner toda la fuerza de sus ideas, de sus valores y de sus capacidades en el objetivo de salvar la humanidad preservando de la destrucción el planeta que nos cobija. Hay poco tiempo, no más de diez años para que la cuenta atrás sea inexorable. Es -será- un esfuerzo de gigantes. Que requiere de una potente lucha cultural, cívica y ética. Es decir, política. Y que exige el restablecimiento de vínculos personales y sociales que vienen siendo ignorados, cuando no rotos, hace ya demasiado tiempo. Que necesita recuperar, si no crear de nuevo, la idea de comunidad, de lo común y colectivo. Que tendrá que velar por la protección y el cuidado de quienes más vulnerables son/somos ante el cambio urgente del paradigma productivista y el crecimiento ya imposible de mantener. Esto es, de trabajadores cuyo empleo desaparecerá, de pequeños agricultores cuyos campos sin -o con menos- agua no podrán criar frutos que la exijan, de esa humanidad que no tiene otro capital que el de sus manos y su talento.

Ayer comenzó la campaña electoral. Y habrá que estar atentos. Y, si es posible, denunciar la ceguera y celebrar, si es el caso, que las cabezas y los corazones del pueblo progresista despierten del sueño dogmático de una economía (esas antiguas ‘leyes de la casa’) sin otras reglas ni gobierno que las del beneficio sin límites.

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