ENCUENTROS CON NUESTROS MAYORES

Daniel Escribano, vino al mundo con tres heridas: la música, el amor y la poesía

Por Antonio Leal Jiménez
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Resulta difícil para Daniel elegir el lugar de Alcázar de San Juan que recuerda con más cariño, ya que nos confiesa que los lugares van unidos a sus momentos vitales. Por un lado, están las calles donde jugaba en su infancia, por otro los lugares que admiraba en la adolescencia, los horizontes, los cerros, las calles donde socializaba su existencia, las plazas y los parques donde compartía su juventud con las chicas y compañeros que conocía, los locales de ensayo, los recintos donde participaba en recitales musicales o poéticos… y luego están los museos, los monumentos, los humedales. “Cada lugar tenía y tiene su encanto personal y su recuerdo
concreto pero, en el fondo, siempre he querido a mi ciudad en su conjunto”.


Daniel quiso ser Bioquímico para estudiar las reacciones químicas que ocurren en los organismos vivos, pero la escasez de recursos económicos le frustró el poder desplazarse a Madrid y matricularse en la Universidad en esta rama de la ciencia. Profesionalmente ha ejercido como Maestro, con verdadera vocación. A los quince años descubrió que a través de la música podría comprender muy bien los comportamientos de las personas dado que, los seres humanos convivimos con ella en todo momento de nuestra vida. Es un arte que nos hace disfrutar, nos estimula, nos hace compartir emociones en canciones grupales, conciertos de una forma natural natural, y que se produce a través de complejos y sorprendentes mecanismos neuronales. Durante cinco años permaneció en ¨Los Espaciales”. Su toma de conciencia personal de los componentes fue derivando “Palabras”, el grupo de  cantautores que fue el principio de su creatividad textual y musical y de su compromiso con propiciar el cambio en este país. Más tarde con Encarni y Rafael Lillo, formaron “Noviembre” que representaba la madurez compositiva y unió su afición a musicalizar poemas, seguir con el compromiso social que mantiene desde entonces y componer canciones intimistas.


Desde muy joven sintió un apasionado amor por la poesía, habiendo pertenecido a grupos literarios como: "Sociedad Cervantina", "Jarra de Zurra", "La Veleta del Sastre", "Grupo Literario del Ateneo". Ya en el siglo XXI, junto a Antonio Muñoz García Baquero, iniciaron la formación del Ateneo de Alcázar del que fue durante seis años presidente y formó su Grupo Literario. Últimamente comparte aficiones musicales con algunos amigos y han creado dos propuestas musicales nuevas VOSCO, de tono sarcástico y ANÁBASIS que reúne música y poesía por igual.


Daniel es una persona que reconoce, acepta y adopta un fuerte compromiso y una actitud madura, consciente y sensible, ante los problemas de nuestra sociedad y que a través de sus creaciones intenta hacer aportes al progreso social que cada uno de nosotros tenemos con nuestra sociedad.


PREGUNTA: ¿Cómo definirías que una persona es mayor?
RESPUESTA: Se es mayor, entendido positivamente, cuando la experiencia acumulada te permite comprender mejor el mundo, cuando has cumplido las metas previstas de formación y desarrollo personal y continuas aprendiendo, cuando admites sin miedo que la vida se va escapando, cuando aceptas los errores cometidos porque sabes que no hay vuelta atrás, cuando sigues conservando los amigos que quieres de verdad, cuando sigues manteniendo esperanzas y valores contra la irracionalidad de los negacionismos y de las involuciones,
cuando te reafirmas en la defensa de los derechos humanos, cuando sigues creyendo en la necesidad de la política a pesar de la mediocridad de quienes la ejercen aunque camines por la delgada frontera del escepticismo y, sobre todo, cuando ves a tus hijos y a tus nietos volar solos pudiendo disfrutar de su compañía y compartir con ellos dedicaciones. En sentido negativo está la pérdida de cualidades físicas, las dependencias medicinales, etc., etc…


P. El paso del tiempo ¿te ha enseñado a relajar tu carácter y a relativizar las cosas? ¿Cuáles consideras que son los rasgos más importantes del carácter para una feliz convivencia?
R. No estoy seguro de que el paso del tiempo me haya servido para relajar el carácter pero, desde luego, no ha conseguido hacerme olvidar los fines que me movieron en la juventud aunque quizás, eso sí, relativice los momentos y las ocupaciones en función de mis propios intereses y deseos. Por otro lado, sigo siendo vehemente y creativo y me gustaría ser, en el buen sentido de la palabra, bueno. La felicidad es momentánea y subjetiva aunque pueda ser intensa, por eso pienso que siempre es necesario tener la capacidad de emocionarse para
conseguirla, evitar la visceralidad y apasionarse por lo esencial, intentar no hacer infelices a quienes te rodean, escuchar y aceptar las equivocaciones y hacer esfuerzos de humildad diariamente.


P. Cómo Maestro, ¿cuáles han sido las lecciones más importantes que has dado a tus alumnas/os? ¿Cuáles han sido las que has aprendido de ellas/os? ¿Consideras que hay que decir siempre lo que se piensa?
R. Pedía a los alumnos que fueran capaces de ser respetuosos, trabajadores y tolerantes, no discriminativos por sexo, color, procedencia, extracción social o familiar, ni por sus creencias y capacidades, que comprendieran que todo cuesta esfuerzo y que yo estaba allí para facilitárselo. Aprendí de ellos a valorar la inocencia, la sinceridad y, en muchos casos, la sencillez, sólo me reservaba hablar de aquello que sus capacidades formativas fueran incapaces de entender, intentaba predicar con el ejemplo respetando sus ciclos de aprendizaje, pero pocas veces sabes si lo consigues.


P. ¿Qué significado tienen para ti las palabras: dolor, solidaridad, amistad, amor?
R. Lo que planteas no son simples preguntas, “dolor, solidaridad, amistad, amor”. Harían falta varias páginas para dar una respuesta completa a cada una de esas preguntas; son tan esenciales, tan necesarias… Yo te remitiría a leer mis poemas o escuchar mis canciones, en ellos y en ellas están las claves que no podría sino simplificar para una entrevista. Baste por tanto resumir su contenido y su significado como una herida, algo que duele pero conforta, ¿qué es una vida sin haber sufrido algún dolor, sin sentir la solidaridad con el resto del mundo, sin tener amistades a las que recurrir en algún momento, sin haber conocido el amor? como decía Miguel Hernández “Con tres heridas yo, la de la vida, la de la muerte, la del amor”.


P. Es reconocido, generalmente, la intrínseca dificultad de educar en valores. ¿Crees que es una misión obligatoria para un docente? ¿Cómo fue tu experiencia cuando tuviste que enfrentarte a desenvolverte solo en la sociedad?
R. Siempre he pensado que el Maestro debe ser un educador y no sólo un instructor por eso debe ser portador de valores positivos que trasmitir a sus alumnos, la dificultad estriba en que quienes portan contravalores piensan que también son ejemplares. Por eso es necesario acotar los valores, que cada uno dice portar, en qué ámbito competencial están incluidos, los principios democráticos en los que se basan y los derechos humanos que referencian. En educación, hay que colocar al alumno en el centro del proceso educativo y que todo gire en
torno a él, a sus necesidades y sus ritmos de aprendizaje y madurez, poner la cooperación como base convivencial entre iguales y diferentes, la libertad de pensamiento. Los padres deberían dejar a sus hijos que se desarrollaran sin imponerles formas de pensar ni de actuar y los maestros con igual motivo. El resultado de todo deben ser ciudadanos libres e iguales, comprometidos con el mundo que se integren en él para mejorarlo.

     Tuve que desenvolverme solo muy joven, preparar las matrículas de magisterio, estudiar por libre porque no había medios económicos para hacer la carrera de forma colegiada. A los quince años comencé con el grupo de rock, Los Espaciales, que me sirvió para desinhibirme –yo era más bien tímido – y luego Palabras, cantautor de los setenta o el grupo poético Jarra de Zurra que me llevaron a componer mis primeros poemas musicalizados y fueron consolidando mi forma de pensar y actuar en la juventud, mi compromiso intelectual con la lucha por la
democracia, mi laicismo.


P. Cuando eras un poco más joven cantabas poemas de Rafael Alberti, de Miguel Hernández y de Pablo Neruda. ¿Aprendiste de ellos a no ser sectario, tanto en tu prosa como en tus canciones? ¿Qué poemas, y textos poéticos, relacionados con la educación han tenido más influencia en tu vida?
R. La poesía, de una forma u otra, siempre ha estado presente en mi vida, los poetas del 27 y de los de la generación de los cincuenta fueron mis principales maestros poéticos y es cierto que algunos poemas: “Educar” de Gabriel Celaya, “Sobre mi mala educación” de Neruda, Recuerdo infantil de Machado, etc. tuvieron alguna influencia, pero en mi forma de concebir la educación jugaron un papel preponderante, aparte de mis convicciones, el contacto con textos y prácticas recogidas de Célestin Freinet, Montessori, Ferrer y Guardia, es decir pedagogos de la Escuela Nueva que ya consideraban los educadores de la II República pero cuya influencia
fue abortada por el golpe de estado que nos llevó a la guerra civil. La corriente involucionista que parece que ahora se extiende por España y por el mundo, ese sectarismo ideológico torpe y casposo de otros tiempos, tiene los días contados, la sociedad acabará comprendiendo que representa una vuelta al pasado que no tiene futuro en el siglo XXI.

P. ¿Es importante la Música en la vida? ¿Es buena para la salud? ¿Con qué tipo de música has sentido alguna vez las pulsaciones del corazón acompasadas? ¿Qué te queda de aquel Daniel de "Los Espaciales" y de las composiciones para "Palabras"?
R. Buena pregunta para un músico. La música es esencial en mi vida pero, si se une a un poema, se convierte en un vehículo cultural doblemente válido. Que influya en la salud y el bienestar no lo dudo de hecho las canciones de Serrat, Silvio Rodríguez, Quilapayún, Aute… pero también de Triana, Lone Star, The Beatles, Credence Clearwater, etc., han sido muy importantes en mi formación intelectual, musical y textual, en mis emociones. Luego están los minimalistas, dodecafonístas y ciertos compositores clásicos, barrocos sobre todo.

   Cada etapa de mi vida musical ha dejado un poso que reconozco en mí, sobre todo mi etapa con “Palabras”, llena de unas composiciones que fueron evolucionando a la par que una poesía comprometida con la llegada de la democracia al país. De “Los Espaciales” recuerdo la ingenuidad de la propuesta copiando cientos de canciones que nos gustaban ajustadas a una mentalidad juvenil que empezaba a cambiar, fue una escuela de aprendizaje. Luego llegó “Noviembre” que ha sido y es un crisol de todo lo anterior y de la evolución del propio grupo fruto ya de un estado de madurez compositiva y textual y ahora “Vosco” y “Anábasis” son nuevas propuestas gestadas recientemente en la que colaboran amigos entrañables, una en tono sarcástico y otra mezclando música y poesía por igual.

P. ¿Cómo era Alcázar en tu juventud? ¿Cuál es tu primer recuerdo? En la actualidad, ¿recurres a menudo a alguna ocupación artística distinta de la música que te permite mantener sosiego?

R. Alcázar se estaba modernizando en lo físico y en lo mental, calles asfaltadas o adoquinadas, juventud con ganas de vivir, guateques, música que llegaba del Reino Unido y EE. UU, la televisión, los cambios en la forma de vestir, los estudiantes que contaban lo que ocurría en las universidades, las noticias de la lucha obrera. Mi primer recuerdo está en mi casa antigua, sentado en la escalera con mi abuelo Jonás enseñándome a leer.
      En la actualidad el sosiego viene con la reflexión, con un fondo musical apropiado y dejando las ideas fluir por la mente. La poesía, lejos de tranquilizarme, pone tanta emoción en mi pensamiento que me altera, aunque casi siempre sea positivamente.


P. Vivimos en una cultura obsesionada por la juventud que está constantemente tratando de decirnos que ya estamos más o menos caducos. ¿Está la experiencia en la vida devaluada? ¿Qué mensaje te gustaría transmitir a la sociedad alcazareña?
R. Probablemente haya una idea muy extendida que considera a los mayores como una carga para la sociedad y las familias, yo no lo veo así, los mayores somos necesarios en el sentido que ya afirmaba en la primera pregunta, de experiencia, de sensibilidad, de cariño que ofrecer, de perseverar en la calma… el valor de lo joven es evidente, la fuerza, la energía, la belleza exterior pero los mayores tenemos valores que sólo la edad permite. Pienso que, al menos en mi caso, sigo dedicado a mis ocupaciones artísticas, defendiendo los valores que me han movido en la vida. Cada edad aporta algo a la convivencia, son necesarias todas las edades para construir la sociedad y aunque la valoración de los mayores varía con el tiempo, ese mismo tiempo, en otro bandazo, pondrá más o menos alta nuestra necesidad.
     No es mi costumbre dar consejos, ni siquiera trasmitir mensajes, pero me gustaría que nuestra ciudad supiera valorar lo nuestro, lo que importa, sus gentes y sus artistas, sus creadores, no sólo los del pasado literario sino los actuales; que apostara por el talento que puede poner la ciudad en primera línea cultural, que supiera reconocer y admirar a los diferentes y que tuviera en los puestos de gobierno a los más capacitados, los más coherentes, los más bondadosos capaces de apreciar a sus ciudadanos en función de sus valores sociales y no sus intereses de
poder. Una ciudad limpia y culta, desarrollada en lo industrial y comercial pero también en lo personal, dotándola de empleo para los jóvenes, para que desarrollen aquí su talento y su formación; perseverar en la obtención del Gobierno Regional la ubicación de Escuelas Universitarias adaptadas a las oportunidades que brinda la ciudad.     No sólo una ciudad de servicios, sino una ciudad creativa y formativa.


P. Para concluir... ¿Hay algo más que quisieras decir?
R. Quiero hacer constar, para poner fin a esta entrevista, la suerte de haber conocido y vivido con una compañera de viaje entrañable que me permite disfrutar del tiempo y de tener una buena perspectiva de futuro, con la que comparto hijos y aficiones musicales, la que siempre ha sido la primera en criticar o aplaudir mi trabajo compositivo; a ella quiero agradecerle haber llegado a mi vida para quedarse y ojalá para mucho tiempo. Como diría Neruda “yo cambio la primavera porque tú me sigas mirando”. Juntos hemos editado cinco discos de larga duración y un single, tres de ellos en formato CD: “Saludo”, “Crónicas”, “Súbete a mi balsa/Tómame”, Paraíso de papel”, “Básico” (25 Aniversario) y “Desde Hoy”. Por mi parte he escrito cinco poemarios: “Crónicas del Conocimiento”, “Conocimiento Íntimo”, “Mayo Próximo”, “Luz Detenida” y “Absolución de la Belleza”.
     Este tiempo de pandemia, que maldita sea su estampa, se ha llevado a muchos amigos y conocidos, a ellos quiero dedicarles un emocionado abrazo postrero, sin embargo también ha permitido la soledad necesaria para la creación, así han aparecido entre mis obras un nuevo poemario y una novela -nunca antes la había probado- en ciernes, quizás ni lleguen a publicarse pero ahí estarán esperando la ocasión. Por lo demás, mientras el cuerpo aguante, el público lo quiera y las entidades lo permitan, seguiré, seguiremos, cantando nuestras canciones.

    Un abrazo a todos.

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