ENCUENTRO CON NUESTROS MAYORES

Gloria González Jareño: Escribe para sobrevivir a sus emociones

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No existe para Gloria lugar en el mundo que le guste más que su Plaza. La Plaza de España de Alcázar de San Juan. Su plaza. La plaza en todas sus versiones. La plaza con su templete en medio, la plaza de los jardines, la plaza con el pilón; la plaza con la banda de música tocando en las noches de verano, la plaza con aquellos partidos de baloncesto, la plaza con sus jardines llenos de gente joven comiendo pipas y jugando a las cartas; la plaza llena de sillas de plástico y llena de viejos para ver una zarzuela en la feria o cualquier música moderna. La plaza de diario a media tarde llena de niños subiendo al tobogán con sus padres al tanto de ellos, la plaza con las mesas de los bares. La Plaza de España, sin duda, su lugar de La Mancha.

Gloria es un ejemplo de educación y solidaridad, sencilla y llena de una gran humildad, con enorme fuerza moral y entereza, que recuerda a sus padres con verdadero amor. Una mujer entregada a participar y colaborar en numerosos proyectos de integración social que participa en la Escuela de Escritores Alonso Quijano y en el Club de Lectura de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de Alcázar de San Juan. Siempre ha tratado de asumir el compromiso de contribuir a divulgar la cultura a través de los libros y lo hace trabajando en equipo y con su entusiasmo en el Ateneo. Para ella, esta dedicación no es un sentimiento pasajero, sino que está firmemente convencida. Gloria obtuvo el Graduado Escolar a los 37 años, cuando ya estaba casada y tenía cinco hijos. Hablar con Gloria me ha supuesto un reto agradable, ya que expone sus razonamientos con decisión y verbo fluido, y resulta admirable la utilización que hace de los silencios. Siempre ha sabido ganarse el cariño y afecto de sus vecinos día a día, que no es poco, es una luchadora y trabajadora incansable y dotada de una enorme necesidad de escribir que lo hace con una habilidad especial. Su finalidad siempre ha sido el bienestar de sus hijos junto al de sus seis nietos, por los que siente una especial adoración.


PREGUNTA. Buenas tardes, Gloria. Son muchas las preguntas que se me ocurren realizarte, pero ¿Qué tal si comenzamos “por el principio”? Antes de ser madre, ¿Cuáles eran tus expectativas al respecto? ¿qué era lo que esperabas de la vivencia de ser madre? ¿Cómo viviste el desarrollo de este nuevo periodo de tu vida?

RESPUESTA: Desde pequeña yo quería ser cantante. Mi padre dirigía la Orquesta Iberia y yo estaba deseando ser mayor para cantar con ellos. Después, cuando conocí al que luego sería mi marido, se me olvidaron por completo aquellos planes. Me casé joven y tuve a mis tres primeros hijos muy juntos. Con tanto que hacer se me olvidaron aquellas prisas por ser mayor y cantar con la orquesta. Pero, como cantar se puede cantar sin acompañamiento, he cantado toda mi vida. El haber nacido en una familia en la que llegamos a juntarnos siete hermanos, el tener hijos me pareció de lo más natural, tan natural como que llegué a juntar cinco.


P. ¿Cómo definirías que una persona es mayor? ¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido en la vida? ¿Consideras que hay que decir siempre lo que se piensa?

R. Sin duda se es mayor cuando se han cumplido muchos años. De sesenta años para arriba ya se es mayor, nos guste o no, aunque a mí me gusta más decir que soy vieja, me gusta más esa palabra. Soy vieja, pero me siento más viva que nunca.
    Era bien joven cuando aprendí que la vida es solo una y que hay que procurar vivirla a fondo, lo mejor que se pueda según te permitan tus circunstancias. Cuando una se hace vieja se da permiso para decir con más soltura lo que piensa, pero no creo que sea necesario, ni aconsejable, decirlo todo… todo. El silencio también es muy elocuente.


P. ¿Qué te motivó e inspiró para ser escritora? ¿A qué retos te has enfrentado en tu trayectoria como escritora y cómo los has superado?

R. Siempre me gustó leer y escribir. Desde pequeña escribía versillos, cambiaba las letras a las canciones, escribía historias para hacer teatros. Era muy cuentista. Pero fue cuando hice el Graduado Escolar, con 37 años y ya con mis cinco hijos, que descubrí que no se me daba mal cuando tenía que hacer una redacción. Y tenía dentro muchas historias que contar. Cuando cumplí los cuarenta me propuse escribir, a modo de diario, “El año de mis cuarenta” y por entonces fue que empecé a escribir también mi primera novela “La escapada”.
    Los muchos quehaceres y en consecuencia la falta de tiempo han sido los mayores obstáculos, pero, cuando escribir se convierte en una necesidad no queda otra que seguir ese impulso, y así, a las tantas de la noche me ponía a escribir todo lo que había estado pensando durante el día mientras fregaba cacharros, hacía la comida, planchaba la ropa, salía a trabajar fuera de casa… Cuantas más cosas tenía que hacer más ganas tenía de escribir.


P. “Cuentos, historias, sueños y mentiras” fue tu primer libro ¿te costó empezar a publicar? ¿Tienes algún truco/hábito/rutina que te ayude a mantener un buen equilibrio entre tu vida como escritora y personal?

R. Mi libro “Cuentos, historias, cuentos y mentiras” es un conjunto de cuentos y relatos que había ido escribiendo, a la vez que mis diarios, y que publiqué gracias a la generosidad de todos mis hermanos. Cuando nuestra madre falleció se pusieron todos de acuerdo en que, el poco dinero que le quedó en la cartilla de ahorros fuera para mí. Y Quique, mi hermano pequeño, fue el que me sugirió que, con ese dinero podría costearme editar mi primer libro. Lo que hice fue imprimirlo, que no es lo mismo que editarlo. Con lo que me sobró me pagué varios cursos en la Escuela de Escritores Alonso Quijano para intentar mejorar mi escritura.

    El único modo de mantener un mínimo equilibrio en mi vida es escribiendo. Escribo si estoy triste, si estoy enfadada, si estoy enferma; escribo cuando lo necesito, pero sin orden y sin horario. El desorden es mi orden y mi equilibrio.


P. ¿De dónde surgió la idea de tu novela “Escapadas”?¿Hay parte de ti en sus tres relatos? ¿Cuáles son los ingredientes principales de la novela? ¿Qué lugar ocupa la imaginación y lo autobiográfico en tus novelas?

R. “La escapada”, que es una novela propiamente dicha, surgió por la necesidad de evadirme de una realidad que por entonces me tenía muy quemada entre trabajos y escaseces. Y sí, en los tres relatos que forman el libro se unen y se confunden la realidad con la imaginación, pero, como se explica en la contraportada de “Escapadas”, solo una de las tres historias es real. Adivina cuál es.


P. Eres toda una luchadora y alguna vez has manifestado que “escribir ayuda a vivir”¿Cuál crees que es la situación de la mujer en la cultura en estos momentos? ¿Se puede hacer literatura desde la felicidad o es imposible? A raíz de la crisis, muchas personas se han replanteado su estilo de vida ¿Somos ahora más conscientes de las cosas que de verdad importan?

R. La situación de la mujer en estos momentos con respecto a la cultura es mejor que nunca. No hay más que fijarse en la cantidad de éxitos que están alcanzando un plantel enorme de escritoras, poetas, directoras de cine que están marcando nuevos caminos. En cuanto a que “Escribir ayuda a vivir”, estoy tan convencida de ello que, hace ya muchos años, intenté hacer una especie de taller para mostrar y demostrar que es cierto. Al menos para mí es así.
    Supongo que las buenas escritoras, lo mismo que los buenos escritores, sabrán hacer literatura en todo momento y en cualquier circunstancia. En mi caso, cuando más he escrito ha sido cuando estaba triste y depresiva. Escribir siempre me ha aliviado de tristezas. Cuando he sido más feliz he escrito menos. Ahora casi no escribo, no siento esa necesidad.
    Cuando se pasa por una crisis, sea ésta personal o general, si se supera, siempre se aprende. Supongo que cada cual habrá aplicado a su vida y su circunstancia lo mejor que haya aprendido. Las cosas que de verdad importan… Cada persona dará importancia a cosas distintas. Para mí las cosas pequeñas y sencillas son las más importantes.


P. La literatura y la poesía han servido también como método de reivindicación para algunas autoras, que en algunos casos tan solo pretendían realizar una crítica a la sociedad que les había tocado vivir. ¿Qué papel crees que han jugado estas autoras en la historia? Y en segundo lugar ¿Crees que actualmente se le dedica menos atención a las autoras mujer que a los hombres?

R. Las mujeres que se han dedicado a escribir a lo largo de la historia han reflejado su entorno y su papel en la sociedad de su tiempo. Unas han reivindicado más libertad, otras han luchado por tener un cuarto propio. En la actualidad las mujeres están imponiendo sus puntos de vista sobre todos los temas y creo que se les dedica la misma atención que a los hombres, si no más.


P. De las citas y experiencias vividas por otros se puede aprender mucho ¿Te sientes identificada con alguna de las siguientes?
- «Un buen escritor puede escribir sobre cualquier cosa y puede hacer literatura de cualquier tema y un mal escritor no tiene esa capacidad». (Almudena Grandes).
- «Escribir para mí no es una profesión, ni siquiera una vocación. Es una manera de estar en el mundo, de ser, no se puede hacer otra cosa. Se es escritor. Bueno o malo, ya es otra cuestión». (Ana María Matute)

R. Entre las dos citas se aprecia el paso del tiempo. Ana María Matute, más antigua, dice que se es escritor, escritora en su caso, como algo inevitable, como una manera de ser. Sus palabras reflejan su modestia. Almudena Grandes, más actual y más resuelta, refleja su inmodestia, su pujanza. Lo que decía antes de las escritoras de ahora: que se hacen escuchar.


P. Cuál es tu interpretación de los siguientes valores que nos trasmite Cervantes a través de El Caballero de la Triste Figura: libertad, humildad, nobleza.

R. La humildad y la nobleza son patentes en el Caballero de la triste figura, pero hay que estar un poco loco para hacer lo que hizo don Alonso: dejar su casa y su comodidad para salir a desfacer entuertos… La libertad y la locura van un poco de la mano.


P. ¿Cuál es el primer recuerdo de tu primera época en Alcázar? Vivimos en una cultura obsesionada por la juventud que está constantemente tratando de decirnos que ya estamos más o menos caducos. ¿Está la experiencia en la vida devaluada? ¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los jóvenes que sientan la necesidad de dedicarse a escribir?

R. Mi primer y mi más hermoso recuerdo es mi casa, mi familia, mis padres y mis hermanos. Mi padre tocando el violín, mi madre siempre trabajando y haciendo labores y mis hermanos, sobre todo mi hermana. Es el mejor de mis recuerdos. Con respecto a la experiencia de los mayores… No creo que esté devaluada, pero es que a los jóvenes les servirá de poco nuestra experiencia. El tiempo en que ahora vivimos es tan distinto… Su vida y sus circunstancias son muy otras. Y mi mensaje a los jóvenes que sientan la necesidad de escribir solo les digo que
sigan ese impulso. Quien siente esa necesidad no podrá escaparse de ella. Jose luis Sampedro decía que escribir por necesidad no quiere decir que se escriba para ser rico y famoso sino por la necesidad “vital” de  escribir.

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