Encuentros en la Castelar

Hoy, con nuestro vecino Alonso, Don Quijote (Personaje principal de la novela Don Quijote de la Mancha

Por Antonio Leal Giménez

Alonso Quijana, nacido en “el lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme”… (Alcázar de San Juan, la villa olvidada a propósito); de unos cincuenta años, nariz aguileña, barba de media luna, tez seca y amarillenta,  complexión recia, seco de carnes, piernas muy largas y flacas; su vida cotidiana, corriente y vulgar; de comida ordinaria, “salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos”. Su hidalguía normal y corriente en su época, se define por sus armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Amigo de la caza, cuenta con un “rocín flaco y galgo corredor.”.

Soñador e imaginativo, es un intelectual, hombre de letras y de profundos conocimientos humanos. Buen dialogador con sus amigos y empedernido lector de libros de caballerías; ambas actividades, la conversación y la lectura, son sus únicos pasatiempos. Hombre bueno y honrado, como se muestra por el afecto que le tienen el cura y el barbero de su pueblo. Estuvo enamorado de Aldonza Lorenzo, pero su timidez le obligó a mantener amores platónicos con ella. Solterón, vive acompañado de su sobrina, Antonia, ama y un mozo de campo. Es un hombre de escasas vivencias físicas y afectivas; pero sí es soñador e imaginativo.

Al final del libro que cuenta su historia, después de pasar seis días en la cama, recobró la cordura y renunció a su condición de andante caballero.

Cuatrocientos años y alguno más de la publicación de la Primera parte de la obra de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, (1605), mantenemos este imaginario “Encuentro en la Castelar” con su protagonista, desde donde caminaremos para sentarnos en la biblioteca del Parque Cervantes con “Nuestro vecino Alonso” (Representado por  Luis Miguel Román Alhambra, autor de Mi vecino Alonso, 2011).

PREGUNTA: ¿Quién es realmente Alonso Quijano? ¿Qué motivos tiene Cervantes para ocultar tu lugar de la Mancha? ¿Dónde jugabas de pequeño y qué  sueños tenías?

RESPUESTA:

Soy un simple hidalgo manchego, como tantos y tantos hay en esta tierra, que al final de mis días quiero hacer algo por mi sociedad, tu sociedad de hoy. Mi padrastro, Miguel de Cervantes, no quiso acordarse de la villa donde nací, hermosa ciudad nuestra, por motivos que nunca sabremos. Él, como sabes, también tiene una extraña relación con ella.

Yo he vivido en un barrio cerca del camino de Murcia. Mi casa daba al campo y siempre que podía, después de salir de la escuela, jugaba en las eras que enfrente de casa había con otros muchos chicos. Otras veces me quedaba en casa leyendo libros de aventuras, antes se llamaban de caballerías, y soñaba ser algún día un caballero como aquellos. Es lo mismo que ahora nuestros niños, ven y juegan con héroes a los que les gustaría parecerse de mayores. Como ves mis sueños no son diferentes a los actuales.

P. ¿Por qué renunciaste a tu propio yo, para llegar a ser otro? ¿Por qué llegaste a creer todo lo que leías en los libros de caballerías? ¿Es verdad que se te secó el cerebro del poco dormir y mucho leer, y perdiste el juicio?

R. Muchas veces para conseguir un fin hay que renunciar al confort de tu casa, familia y amigos. Era necesario ser otro para acometer mis sueños, de otra manera nunca habría emprendido esta aventura por la que me conocen en todo el mundo. Eso es lo que mi padrastro creyó cuando me conoció, que estaba loco, como lo creían todos los vecinos de esta villa, pero siempre fui consciente de lo que hacía y por qué lo hacía.

P. ¿Quién es Don Quijote? ¿Por qué te haces armar caballero andante y adoptas el lenguaje arcaico, retórico y altisonante de la caballería andante? Por qué volviste al pasado y no al futuro?

R. Don Quijote es Alonso Quijana y Alonso Quijana es Don Quijote ¿Quién no es soñador por la mañana y sensato por la tarde, o al revés. Como le he dicho antes todo hombre que tiene como ideal otro hombre trata de imitarlo, hasta en su forma de hablar. Mira ese niño, lleva una camiseta de Superman, cree que ahora es Superman. Y mi historia se escribió para lectores de hace cuatrocientos años, con otra forma de hablar y tenían que entenderme. Lo que no sabía Cervantes es que se estaría reimprimiendo hasta hoy, por lo que hay que traducirlo o adaptarlo al español de hoy.

Era el pasado de mi generación y el de mi padrastro Cervantes. Le gustaba escribir sobre recuerdos, vivencias o anécdotas que le habían pasado, y en ellas me invitó a estar, a ser su protagonista. Ahora estoy en mi futuro, ¿Qué diferencia hay con mi pasado sino es la forma de viajar o las comodidades, quien las tenga?

P. Alonso, ¿Qué quisiste confirmar con tu aseveración “yo sé quién soy”?.

R. Solo cuando una persona es mayor llega a saber quién es realmente. Toda la vida nos la pasamos aprendiendo, cambiando, acertando, fallando…, y hay un momento que admites saber realmente quien eres. Es un momento que a todos nos llega y es difícil, a veces, asumirlo porque entonces te das cuenta qué se te ha quedado en el tintero. También le pasó a mi padrastro Cervantes, que supo quién era al final de su vida.

Saberse quién es uno verdaderamente, no es ser arrogante o soberbio, sino de tener  una visión inequívoca de su persona y de su destino, que, a veces, da mucha fuerza para seguir el camino elegido en la vida, y, por qué no, conocerse ante las adversidades que pueden surgir si se comienzan nuevos proyectos.

P. El análisis psiquiátrico que padecías como Don Quijote de la Mancha, apuntaba a que se trataba de  psicosis reactiva y en el siglo XVI existía una importante tradición de cuidados para personas perturbadas en nuestro país. ¿Por qué Don Quijote no entró en el manicomio de Toledo que estaba cerca de su casa?

R. ¿Psicosis reactiva es la forma de llamar hoy a la locura? La cuestión de fondo está ahora en saber quién es el auténticamente loco, si el que rechaza los caminos tan torcidos de la sociedad actual o aquel que los acepta por costumbre o porque no hay más remedio. Por ponerte unos ejemplos actuales que bien podían trasladarse a mi tiempo: ¿No es más loco el “cuerdo” que ve por la televisión, escucha por la radio o lee en un periódico que hay guerras y atentados en nombre de no se sabe qué dios, que hay un despilfarro en armamento mientras mueren de hambre tantos niños en el mundo, o que en lugar de estar en una escuela  están trabajando o empuñan armas, que la Naturaleza se muere porque la destruimos negándosela a sus descendientes, que hay personas que abandonan su tierra por miedo a perder la vida y se ahogan en el intento, y cuando son rescatadas en el mar son tratadas por los países “cuerdos” como mercancía, deambulando de país en país, que un día sí y otro también muere una mujer a manos de un hombre que decía que la amaba… y no hace nada? Avellaneda sí llevo a su apócrifo Don Quijote al manicomio de Toledo, pero ese no era yo. No, Antonio, yo no estaba loco, Cervantes en alguna biblioteca leyó a Esquilo que decía “Parecer loco es el secreto del sabio”, y  quiso que lo yo lo pareciera para que la censura le permitiera denunciar los atropellos que en mi sociedad de cuerdos ocurrían, iguales que ahora ocurren, también ocurren. ¡Don Miguel es un genio!.

P. ¿Fue la vida de D. Quijote un auténtico simulacro de la de Amadís de Gaula? El sobrenombre de la Mancha ¿Fue un ejemplo como resultado de su imitación?

R. Amadís era mi héroe, como la de tantas personas que leían o escuchaban sus historias, como hoy hay otros héroes a quien imitar, muchos anónimos. Pero yo hice todo lo que creía que había qué hacer, y si soy del Corazón de la Mancha, ¿cómo no llamarme de la Mancha, mi tierra?

P. En la época medieval, la justicia se establecía por la fuerza ya que junto al orden social y el progreso son funciones del quehacer de los individuos. ¿Cómo ve D. Quijote la justicia en la actualidad? ¿Crees que habría de ser un servicio útil y no lo es? ¿Consideras que habría que reinventarla para promover nuevos usos y maneras que se acerquen más a las demandas de los ciudadanos?

R. Hace cuatro siglos por robar una gallina o decir un requiebro a una señora te condenaban a estar diez años remando a la fuerza en las galeras de la Armada. Quien sobrevivía a esta pena, que eran pocos, vivían estigmatizados el resto de su vida, así como sus familias. A esta Justicia quise oponerme liberando a doce galeotes en Sierra Morena y me supuso, en agradecimiento, una lluvia de pedradas y palos de los mismos liberados. Quizá mi padrastro llevaba razón haciendo que me apedrearan, porque si se estima que la Justicia es injusta hay que pedir que quienes tienen que cambiarla para adecuarla a nuestros días lo hagan y no tomarse la justicia por su mano, que fue lo que yo mal hice. La Justicia de hoy es mucho más justa y equitativa que entonces, aunque hay que seguir actualizándola a los tiempos que corren. Aún hoy hay quién roba una gallina y le ponen tres años de cárcel y quién roba mucho dinero público y casi pasa desapercibido. Y a los jueces de hoy también les recuerdo lo que a Sancho le aconsejé, cuando fue nombrado gobernador de Barataria, que tengan misericordia: “no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo. Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción, muéstrate piadoso y clemente; porque más resplandece y campea, a nuestro ver, la misericordia que la justicia”

P. Hasta ahora, la obra de El Quijote se presentaba totalmente masculino. El plantel de las mujeres es tan amplio como variado. Las hay que son reinas, princesas y duquesas, otras sin embargo simples pastoras y/o labradoras. Don Quijote ¿Quería ser femenino y feminista? En la inmortal obra aparecen en total casi una veintena de ellas, Marcela, Dorotea, Luscinda, Maritormes, Quiteria, Sanchica… muy distintas ¿Se refleja en ellas que poseen una gran personalidad, unos valores, y una clara alusión a merecer en igualdad con los hombres?

R. Yo no soy ni machista ni feminista, simplemente soy un ser humano, como creo que todos y todas deberíamos de ser, con defectos y virtudes. Todos los personajes que Cervantes incluye en mis aventuras tienen una fuerte personalidad, ¡hasta mi vecino Sancho!. Incluso, Cervantes, fue muy valiente al escoger a mujeres dueñas y administradoras de haciendas familiares, así como de su propio cuerpo para protagonistas de mis aventuras. Hoy recomiendo que se lea el cuento de la pastora Marcela o el de la labradora Dorotea, dos mujeres emprendedoras, dueñas de su vida y hacienda, ¡y fue escrito hace más de cuatro siglos! Cervantes hizo muchas alusiones a la mujer, quizá en primera lectura nos chirrían, pero hay que releerlas y podemos apreciar la denuncia que ya hizo a su propia sociedad.

P. Allá por el siglo XVI, el papel de la mujer no era otro que el estar sometida a los dictámenes del varón, su ámbito de autonomía femenino nunca excedía el del hogar y, si no sentía en su vida la vocación de hacerse monja, se convertía en esposa y protegida de su marido. ¿Cuál de las mujeres que aparecen en la obra se parece más a la mujer actual de nuestro pueblo? ¿Cómo defenderías hoy la igualdad de oportunidades y la lucha contra la violencia de género?

R. Como te he comentado antes, hay cada vez más Doroteas y Marcelas, ¿gracias a Dios! –Permíteme esta expresión pero soy cristiano de los que dicen viejo-. Es como debía de haber sido siempre. Mi padrastro me hizo decir a Sancho “que no es un hombre más que otro si no hace más que otro”. Hombre o mujer todos nacemos iguales y solo con el trabajo y la excelencia, en igualdad de oportunidades, puede  otorgar una diferencia. Y quienes necesiten ayuda, por diferencia física o mental, la tiene que recibir sin coste alguno para que la igualdad de oportunidades llegue a todos.

Antonio, no hay una cosa más humillante para el ser humano, hombre o mujer, que ser violado por otra persona. La educación es importantísima desde que los niños van por primera vez a una escuela, pero también mientras que este pecado exista tenemos que disponer de unas leyes muy estrictas, para quien cometa este gravísimo delito contra otro humano, tenga una pena justa. Solo con Educación y Justicia justa podremos erradicar estos aberrantes actos.

P. ¿Crees que los valores que representas a través de D. Quijote, son más necesarios en la actualidad que nunca? ¿Hay que tener una postura ejemplar desde el punto de vista ético para ayudar a los débiles? ¿Qué significado tiene la libertad para ti?

R. El Quijote, si ha transcendido hasta nuestros días no es por ser una buena o ingeniosa novela, la primera novela moderna, sino por las enseñanzas humanas que, ya en su vejez y con la experiencia de su tan azarosa vida, Cervantes nos dejó entre las líneas de las aventuras mías y la de mi escudero Sancho. El Quijote es el vínculo entre la literatura y la vida. En él podemos vernos todos reflejados de una manera u otra. Han pasado más de cuatro siglos que salió de la imprenta y sigue vigente, pues la condición humana no ha cambiado en nada. Y eso es el Quijote, un espejo de la condición humana donde mirarnos. Hoy no viajamos en caballo o en borrico, pero nuestros pecados y virtudes son los mismos que conoció nuestro vecino Miguel. Si hoy don Miguel escribiese mis aventuras me volvería a poner frente a tantas y tantas atrocidades que hay en la sociedad actual, no con lanza en ristre, quizá solo con la palabra. 

Hoy el ser humano de la sociedad actual se ha vuelto más cómodo, nos hemos vuelto cómodos, los “sueños” y los “ideales” cada vez son menores y las normas éticas se han reducido a cuestiones del gusto de cada uno. Esos “sueños” e “ideales” que tanto busqué como don Quijote parecen que no son de esta época nuestra, ¡siendo tan necesarios! Nuestra sociedad actual está herida por un dios: el dinero. Un déspota que ha creado una gran masa de hombres indiferentes a los problemas sociales y ha anestesiado el espíritu para las cuestiones profundas de la vida, casi no nos duele nada de lo que vemos y oímos. La figura de Don Quijote se necesita recuperar como proyecto de existencia. Puede ser el superhéroe de hoy, que señale también caminos nuevos y den sentido a la vida. Don Quijote transmite osadía y también esperanza, porque aunque sea un personaje creado hace cuatro siglos sigue siendo actual. Su espíritu es inmortal, complementado con el sentido común de Sancho Panza.

Don Quijote, es ejemplar, representa al soñador, al idealista, un espíritu tan generoso que es capaz de dejar la comodidad de su casa, siendo ya viejo, para conseguir, aún a costa de su propia salud, ayudar a los más pobres, su ideal de sociedad más justa. La generosidad de Don Quijote roza esa maravillosa locura que otros muchas personas también tienen hoy en día, a los que también, lógicamente se les señala como locos.

La libertad, Antonio, es uno de los más preciosos dones que a los hombres nos dieron los cielos. Mi libertad y tu libertad son completas con el respeto mutuo. Sin el respeto la libertad nunca se consigue.  No es una utopía, se puede conseguir, y se debe conseguir para nosotros y para nuestros descendientes.

P. Durante los últimos meses sueles venir a menudo a Alcázar de San Juan. Incluso has hecho alguna rueda de prensa, visitado la feria y asistido a los actos en honor de nuestra Alcaldesa Perpetua. ¿Es verdad que Quijotes somos todos cuando tenemos un sueño, cuando hacemos locuras? ¿Ves muchos Quijotes, Sanchos, Dulcineas, Marcelas… cuando paseas por la Castelar? ¿Te gustaría ver más, Alonsos Quijanos?

R. Dicen que mis aventuras han sido impresas en todas las lenguas del mundo. Si salgo a la calle con mi armadura y mis viejas armas casi nadie me conoce, pero si me ajusto a la cabeza, y no es fácil hacerlo, mi Yelmo de Mambrino, que hay quien dice que es una vieja bacía de barbero –no tienen ni idea de aventuras- todos me reconocen y dicen ¡por ahí va don Quijote! Ya no me gusta tanto la Feria como hace unos años, ¡tengo casi cincuenta años!, y mi sobrina sale a la Feria con Sansón, un hijo de los Carrascos, pero sí me gusta darme una vuelta a probar las migas, pisto, pipirrana, duelos y quebrantos, ensalá de limón, bizcochá o una sopa de gachas con un trago de zurra o vino. Convivir tantos años con Sancho me ha hecho apreciar estos manjares tan nuestros, ¡mira hasta he engordado unas libras! E ir a Santa María a rendirme ante Nuestra Señora del Rosario me lo inculcó don Miguel, que dice que fue Ella quien protegió a todas las galeras de la Armada Cristiana en Lepanto, y especialmente a él. Cervantes también viene siempre que puede, y a veces coincidimos juntos.

Todos deberíamos ser un poco Quijote y también un poco Sancho, al cincuenta por ciento, en la vida. Locura y cordura, sueño y realidad, tienen que ir de la mano en todo lo que hagamos, solo así seremos distintos, no simples borregos al aire del silbo de cualquier pastor metido a mal gobernante.

Subir y bajar la Castelar, y saludar a amigos, familiares, vecinos que despacio la recorren, ¿hay otra cosa mejor que pueda hacer un alcazareño en sus ratos libres? Cada alcazareño y alcazareña es un ser humano único, y hay quien dice que mi padrastro se fijó en muchos vecinos de aquí para los personajes que me acompañan en la famosa novela,  yo también así lo creo. Mirando a los ojos de mis vecinos reconozco a curas y barberos, amas, sobrinas y Carrascos.

No solo me gustaría ver más Alonsos, sino más Quijotes y más Sanchos. Idealismo y realismo son dos caras de la misma moneda, necesarias ambas para la vida de esta hermosa ciudad.

P. ¿Cómo definirías nuestra ciudad en la actualidad? ¿Cómo te gustaría que fuera Alcázar de Cervantes dentro de veinte años?

R. Alcázar de San Juan en una ciudad con un dinamismo fingido, menor que el que nuestros gobernantes nos quieren hacer creer. Necesitamos hacer un plan estratégico creíble, marcarnos un camino y sentido único teniendo en cuenta nuestros recursos físicos y humanos, soñador, equilibrado y sensato. Estamos en el corazón de la Mancha, conocida en todo el mundo por mis aventuras, y de España.  Estratégicamente situados, pero a la vez que el ferrocarril ha ido desapareciendo, desde hace treinta años, no hemos sabido instalar en estas viejas vías una aguja de cambio de vías hacia el futuro que queremos. ¡Y hemos menos mal que algún sabio encantador nos trajo el Hospital General Mancha Centro!, de no haber sido así estaríamos a la cola de los pueblos de nuestra comarca, sin duda alguna. Yo quiero y deseo que Alcázar sea dentro de veinte años una ciudad en la que todos los niños que nazcan tengan la oportunidad de quedarse aquí, si ellos quieren, y no tengan que marcharse a buscar su jornal fuera de su ciudad después de haberse esforzado en sus estudios. Si nos preocupamos hoy de buscar estos recursos, dentro de veinte años nuestros jóvenes estarán muy orgullosos de su ciudad y de quienes la hicieron para ellos posible. Si no es así, hemos fracasado como vecinos, como padres y como gobernantes, quien tenga la alta responsabilidad de dirigir esta hermosísima ciudad. Así, y solo así, llegaremos a tener una ciudad justa, educativa, solidaria, cultural y alegre, sin olvidar lo de turística, porque todavía Alcázar de San Juan no ha aceptado la herencia que don Miguel le donó hace ya cuatro siglos.

P. D. Rafael Mazuecos dejó escrito que los alcazareños “somos indiferentes y comodones, pero también creativos y personas con ingenio”. ¿Consideras que hace falta en nuestra ciudad un Centro de Interpretación del Quijote? ¿Cómo darías a conocer el rico legado que hay en el Archivo Histórico Municipal a todos nuestros vecinos?

R. La obra de don Rafael la tengo en mi biblioteca y la consulto a menudo. Es mucho mejor que muchos de los libros antiguos de caballerías. En sus fascículos, cosidos con dos simples grapas, hay cientos de hombres y mujeres de esta ciudad, excelentes en sus trabajos, emprendedores, cultos y nobles. Hombres y mujeres reales que hicieron de esta ciudad un buen lugar para vivir a los que hoy tenemos el privilegio de hacerlo. Es verdad, parece que somos indiferentes, pero no es así en el fondo, fingimos ser indiferentes, solo nos hace falta un pellizco o un soplido al rescoldo de nuestras cenizas para que la gavilla vuelva a prender. Parece que todo nos da igual, pero no es así, quizá se confunda la nobleza con la indiferencia. Aunque algo comodones, sí que somos. ¿Creativos e ingeniosos?, ¡hay quien mantiene a pies juntillas que mi padrastro nació aquí! De nuestra ciudad han salido infinidad de hombres y mujeres reconocidos en todo el mundo por su ingenio y trabajo.

Hace algunos años he transmitido a los gobernantes de nuestra ciudad la necesidad de disponer aquí, en Alcázar de San Juan, de un Centro de Interpretación del Quijote, donde se recogiesen en sus archivos todas las interpretaciones que de su lectura provocan en cada uno de los lectores de todo el mundo. No existe este recurso en el mundo y solo en el Corazón de la Mancha puede y debe de estar. Somos hermanos de Guanajuato y este proyecto sería el gran vínculo entre estas ciudades cervantinas hermanadas a ambos lados del océano. El proyecto está en los cajones de los guardianes de nuestra Cultura, solo hace falta creer en él y soñar. Sancho me dice que los recursos económicos no son altos, al contrario, que se cuenta con un edificio idóneo junto a las Oficinas de Aguas de Alcázar, y que los recursos humanos y materiales son pocos. Es más la ilusión que el precio.

La historia de nuestra ciudad se conserva en el AHM. Es un recurso cultural muy poco conocido por los vecinos. Solo con una catalogación y digitalización del AHM se podría hacer llegar a todos y seguro que sería muy leído y consultado. Hay planes de empleo público que parece que solo si son visibles en la calle están justificados, cuando si se pusieran una parte de estos recursos públicos en jóvenes historiadores sin trabajo  en pocos años nuestro AHM sería accesible y comprensible para todos.  

P. Los viejos valores, que exigen comportarse con honor, ¿Piensas que sobreviven en la actualidad y parecen estar reaflorando cuatro siglos después con impulso quijotesco en nuestra vida colectiva? Has pretendido, a lo largo de nuestro “Encuentro”, hacernos creer que nos has contado la verdad?, ¿Quizá la realidad es mucho más amplia y no se deja agotar en preceptos?

R. Hoy vivimos solo del presente, nos olvidamos completamente del pasado y casi somos incapaces de pensar en el futuro, y lo que es peor sin ninguna tabla de valores. Todo o casi todo tiene el mismo valor. Y esto ha creado un individualismo exagerado, falta de interés por las cosas comunes y desmotivación de los ideales más elevados del hombre. Nos hemos vuelto cómodos, los “sueños” y los “ideales” cada vez son menores y las normas éticas se han reducido a cuestiones de gusto. Esos valores que tanto defendió la figura de don Quijote parecen que no son de nuestro tiempo época nuestra, y hay que recuperarlos. Creo que son nuestros más jóvenes los que volverán a reflorar completamente los valores del ser humano, pero es nuestro deber el comenzar este camino.

La verdad y el sueño, lo ideal y lo real, se mezclan tan genialmente en la vida de una persona de forma inseparable. Siempre digo la verdad, aunque en ese momento parezca un sueño. La realidad de la vida es, a veces un cruce de caminos y hay que decidirse y optar por uno u otro. A veces no es fácil tomar la decisión. ¡No es fácil acertar en las encrucijadas de la vida! En este caso dejo que sea Rocinante quien elija, de intuición sana, sin contaminar, de su buen caballo, ¡yo sé que elegirá el mejor camino!, o pregunto a mi amigo, al sensato Sancho.

P. ¿Qué significado tiene para D. Quijote la expresión “Ser alcazareño” y ¿Para ti, Alonso? Si tuvieras  poder  para  cambiar  nuestra  sociedad, a nivel del Lugar de la Mancha ¿Qué  mejorarías?

R. Para Don Quijote y para Alonso “ser alcazareño” es un sentimiento que arranca en la misma cuna, y que tus padres van alimentando día tras día para que cuando eres joven lo sientas y proclames con orgullo, sano orgullo, de haber nacido, o incluso haber vivido ya tantos años, en esta hermosa ciudad que no la cambiarías ya por ninguna del mundo aunque viajes alrededor de él.

Antes te he comentado que serán nuestros jóvenes, como mi sobrina, quienes recuperarán los valores del ser humano que se han perdió. Yo quisiera dar a los niños y niñas, jóvenes de Alcázar de San Juan, los recursos necesarios para que puedan hacer estos cambios lo antes posibles. Yo los haría protagonistas de este cuento maravilloso que es vivir en Alcázar. ¿Te imaginas si les diéramos la posibilidad de que nos denunciaran lo que no les gusta que hayamos hecho y que sus soluciones las llevásemos a cabo? No podemos hacer un Plan Estratégico para Alcázar de San Juan sin contar con los más jóvenes, ellos tienen todas las soluciones para “su” Alcázar donde quieren vivir en las próximas décadas. Pero hay que comprometerse todos. Como ves, un sueño de ciudad, pero por qué no hacerla realidad.

P. Para terminar, Alonso Quijano, El Bueno, o Don Quijote de la Mancha,  me gustaría que intentaras contarnos, a todos nuestros vecinos, una aventura que simbolice el proceso rápido del curso total de la vida humana.  

R. Antonio, hemos venido paseando desde La Castelar hasta este rincón del Parque Cervantes, ¡otra vez mi padrastro!, donde tenemos hoy lo que fue una biblioteca pública decorada con unos trescientos azulejos que cuentan mi historia como Don Quijote de la Mancha. No hay en el mundo un lugar como este en el que puedes traerte mi historia impresa y mientras la lees ir siguiendo mis aventuras en cada uno de estos preciosos azulejos, que no son los originales por la mano del vándalo y la desidia del gobernante, reconstruidos no hace muchos años por una Escuela Taller copiando los antiguos. No hace falta que lo leas completo, con solo abrirlo por cualquiera de sus capítulos y leer una o dos páginas te verás representado en ellas. Es la genialidad de don Miguel, representar en una novela mi vida, la de Don Quijote, que no es otra que la de cualquier ser humano. Y después buscar ese azulejo que personaliza el texto. ¿Te imaginas a los niños venir aquí con sus profesores a interpretar un Quijote adaptado a ellos y después llevar sus hojas al Centro de Interpretación del Quijote para guardarlos?

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