ENCUENTROS CON NUESTROS MAYORES

Joaquín Arias, un rebelde en busca del bien común

La recomendación que recibo del octogenario D. JOAQUÍN ARIAS ABENGÓZAR del lugar de Alcázar de San Juan que más le gusta, resulta ser, sin duda su Calle Castelar, sin olvidar nuestra Estación del Ferrocarril, de donde partimos tantos y tantas moñigones a buscar nuestro dorado. También otros lugares como Villacentenos, Marañón, y adentrándonos por el Carril de los Guardas, los montes del Candil, Pascuala, Casa Vieja, D. Miguel, etc. Joaquín me comenta, a manera introductoria, que tenía ganas de que le hiciera una entrevista. Ha sido un fiel seguidor de nuestros “Encuentros en la Castelar” y un servidor se lo agradece. Es la primera vez que estoy cerca de Joaquín. Me parece una persona que posee unas características muy especiales. Ha sabido salir adelante con mucho esfuerzo y ha conseguido alcanzar cosas increíbles, casi siempre para los más necesitados. Posee un gran corazón y siempre está pensando en cómo ayudar a los demás. Trata de defender hasta el final de su vida un ideal noble, para ayudar a lograr el bien común.


PREGUNTA: ¿Cómo definirías que una persona es mayor?


RESPUESTA: Por su edad, nunca por su estado vital y por su estado de salud, pues hay personas jóvenes con ideas y forma de entender la vida como si fuesen ancianos, y ancianos con la vitalidad de un joven.


P. El paso del tiempo ¿te ha enseñado a relajar tu carácter y a relativizar las cosas? ¿Cuáles consideras que son los rasgos más importantes del carácter que hay que tener para una feliz convivencia?


R. Efectivamente el tiempo te va modelando, pero eso va en el carácter de cada persona. En mi caso, genio y figura hasta la sepultura, me siento rebelde porque la vida me ha hecho así. Lo heredé de mi madre porque con 98 años y muchas penas y desgracias en su vida, se reía hasta de su sombra.


Pienso que hay que ser tolerante, generoso, solidario, tener compromiso con las personas con las que convives, desterrar la mentira y la falsedad, ser transparente y sobre todo cultivar la amistad y el cariño hacia los demás siempre que te salga de lo más profundo del alma.


P. Me gustaría conocer qué significan para ti las siguientes palabras: felicidad, solidaridad, amistad, amor.

Felicidad: Para mí la felicidad empieza por estar a gusto con uno mismo, con lo que haces, con lo que sientes, con las cosas que con esfuerzo y dedicación consigues. Si ello hace bien a los demás pues miel sobre hojuelas. En la vida hay muchos momentos complicados y hay que saber gestionarlos con inteligencia, sabiduría, paciencia y sobre todo con decisión, procurando siempre hacer el bien y no el mal. El odio, el rencor, el egoísmo y el egocentrismo, no son los mejores aliados para conseguir la felicidad y el sosiego.


Solidaridad: Para mí la solidaridad es una de las cualidades más nobles de los seres humanos. La satisfacción, el placer y la felicidad que se siente sin pedir nada a cambio, no tiene precio.

Amistad: Es una de las cosas más grandes de la vida y además no cuesta dinero. Los mejores tesoros de la vida son tener buenos amigos, compañeros, vecinos, incluso conocidos, con los que puedes y debes compartir generosidad sobre todo en los momentos más difíciles.

-Amor: El amor es lo más hermoso de la vida. Compartir con tu familia, amigos, tu tierra, sentimientos , ilusiones, etc. Pero principalmente con esa persona que comparte contigo tu existencia, lo bueno y lo malo, que desde jóvenes se ha entregado a ti y te ha dado su amor, su alma y el motivo más hermoso que tenemos los seres humanos: nuestros hijos y esos tesoros que son nuestros nietos, que por ellos somos capaces de subir a la luna en el palo de una escoba.


P. ¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido en la vida? ¿Consideras que hay que decir siempre lo que se piensa?


R. La lección de vida más importante me la han dado mis padres con su forma de ser y saber estar. Ningún libro o maestro lo hubiese podido hacer mejor, porque aún en su humildad y precariedad de recursos, fueron verdaderos maestros. Me viene a la memoria la frase que se le atribuye a Fray Luis de León “como decíamos ayer", que habría pronunciado a sus alumnos en el siglo XVI en su primera clase tras pasar varios años en la cárcel.


Mis padres fueron perdedores. En concreto, mi padre, era republicano y por defender el Orden Constitucional fue obligado a cumplir el servicio militar en un batallón de trabajos forzados en África. Al igual de Fray Luis de León, jamás me enseñó a odiar al adversario. Mi madre, se pateaba todos los días el pueblo para peinar a sus parroquianas, me enseñó a amar, a ser responsable, a lo que es trabajar en condiciones nada fáciles y a enfrentarme a la vida, con mucha alegría y respeto hacia los demás. Para mi familia el respeto es y ha sido siempre regla de oro, algo que se debe tener muy claro aún en las situaciones más adversas.


En cuanto a decir siempre lo que se piensa, entiendo que se debe ser prudentes, a veces hay que ponerse un corchete en los labios, si no queremos que la convivencia salte por los aires, pero no hay que ser hipócritas, ni rastreros. La dignidad nunca se debe perder, ni admitir que se te falte al respeto a ninguna persona.


P. ¿Crees que hacerse mayor es algo positivo y no es un problema, sino un reto? ¿Qué te hubiera gustado hacer y aun no lo has realizado?


R. No debería ser un problema, pero a veces lo es, y la prueba la tenemos en el trato que se ha dado a la gente mayor con la pandemia. No debería haberse permitido. La sociedad tiene el deber de ser solidaria y proteger mejor a las personas mayores, uno de los grupos más afectados por la pandemia del COVID-19. Se ha evidenciado el desprecio de las sociedades por la vejez. Son alarmantes las noticias que nos llegan de personas mayores abandonadas en asilos, o de cadáveres sin reclamo en las mismas instituciones. Se trata de algo inaceptable. Todo ello abre el debate de si se ha deshumanizado el trato a las personas mayores tanto por parte de los responsables políticos como por la ciudadanía.


Pero no lo quiero centrar solo en esa faceta, pienso que en las sociedades occidentales de forma inmerecida se ve a las personas mayores como un problema y una carga, y no una solución, hasta tal punto de leer planteamientos de político que opinan que los mayores no deberían votar porque no es el futuro e intentar rebajar su derecho a tener una pensión digna después de más de 45 o 50 años de vida laboral. Realmente lo considero como una falta de respeto a las personas mayores. ¿te parece poco nuestro reto?


Me gustaría viajar, ir más al teatro y al cine, pasear, disfrutar todo lo que pueda de mis nietos, terminar una novela, que comencé a escribir hace tiempo, o mejor dicho rehacerla, porque me salió un churro y muy Corín Tellado. Reflexiono sobre cómo escribir un libro que trate sobre las oportunidades de trabajo para las mujeres y aquellas que hayan sufrido, o estén sufriendo, cualquier tipo de maltrato en la vida.

P. ¿Eres de los que no cumplen años porque siempre quieres ser joven? ¿Qué pensamientos te vienen a la cabeza cada vez que cumples años?
R. Cuando cumplo años siento que es un privilegio que no todo el mundo ha tenido la oportunidad de vivir para llegar a ser un anciano. Me gusta cumplir años y que me regalen alguna cosilla sencilla, que me feliciten la gente que quiero. Recuerdo de aquel trece cumpleaños del 23 de Junio de 1.961, cuando una chiquilla en Marañón, me felicitó con una preciosa postal y una dedicatoria de las que nunca se olvidan y horas después al salir de la escuela nocturna, todavía no había cerrado la noche, me dio el primer beso, ese que se queda dentro del corazón para siempre.


P. ¿Cuándo te dicen que eres mayor para hacer alguna cosa, ¿cómo reaccionas? ¿Has sentido que la vida se pasa en un abrir y cerrar de ojos? ¿Crees que cualquier tiempo pasado fue mejor?


R. Pues depende… algunas veces lo agradezco si son de esfuerzo físico, si es para darle al magín me mosqueo, porque creo que es una falta de respeto. La lucidez se puede tener hasta un rato antes de irte al lugar del que nunca más vas a volver. La vida dura lo que dura.


Cuando eres joven por adversas que sean las circunstancias todo o casi todo te parece bonito, pero a la gente de mi generación nos han costado mucho las cosas, trabajar de día estudiar de noche, los hijos e hijas de los trabajadores que han estudiado, lo han hecho por becas y para eso había que dedicar muchas horas a los estudios, y más cuando se veía el gran sacrificio económico que suponía para tu familia y no podías aportar un pequeño salario a la economía familiar y más cuando los trabajadores carecían de los más elementales derechos, sueldos de miseria y trabajos sin derechos en muchos casos, sobre todo las mujeres temporeras, de los servicio en domicilios privados y de otros muchos que sería prolijo enumerar.


P. ¿Cómo era Alcázar en tu juventud? ¿Cuál es tu primer recuerdo? En la actualidad, ¿ Recurres a
menudo a alguna ocupación artística que te permite mantener sosiego.


R. Pues era muy fuerte en el sector ferroviario y sus empresas auxiliares, por ejemplo MACOSA, las Bodegas, la Agricultura, la Ganadería, el Comercio, la Construcción y subsectores dependiente de este, la Hostelería, el sector servicios en general.


En cuanto a los primeros recuerdos, se me amontonan en la menoría, por decir algunos: en la escuela de párvulos me dio por escaparme, porque me consideraba mayor para ir con los cagones; El día que con mi primo, nos perdimos en Marañón; cuando íbamos a misa porque nos daban bocadillos de jamón, que luego eran de mortadela; los juegos en la calle el Recreo y en la era Alta; También recuerdo cuando le quite los mozos de atrás al carro de mi abuelo Celestino y se puso de varas, cargado de tomates y pimientos de un bancal que tenia mi padre en las orillas del rio Záncara, a la altura de la casa de la Blanca, menudo pisto lié y buena azotaina me lleve.


La música, ver una serie o películas, me gustan mucho las bandas sonoras de las mismas, un buen partido de baloncesto, pasear por un parque y por los jardines con muchas flores, un buen paisaje, y escribir, me gusta mucho escribir, hace volar la imaginación y eso es muy bonito.


P. Vivimos en una cultura obsesionada por la juventud que está constantemente tratando de decirnos que ya estamos más o menos caducos. ¿Está la experiencia en la vida devaluada? ¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los jóvenes?


R. Rechazo de planto ese concepto de la gente mayor, porque no es cierto, la gente mayor esta hoy muy bien preparada y participa en la vida social de forma muy activa y para ejemplo las manifestaciones en la defensa de las Pensiones, que vayan tomando nota porque les va a hacer falta. En cuanto a si la experiencia esta devaluada, sin ningún género de duda SÍ. Que espabilen que nadie les va a regalar nada, si ellos no son capaces de defender los derechos de los MÁS, en contraposición con los privilegios de los MENOS.

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