Terna a hombros en Herencia con una novillada de lujo en la Feria

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Plaza de toros de Herencia, sábado 23, con tarde calurosa, más de media plaza en los tendidos y buen ambiente taurino. Se lidiaron astados de Alcurrucén, con buena presentación y buen juego en general, lo que permitió el buen hacer de los novilleros y el disfrute del público.

Raúl Pueblas, de Esquivias (Toledo), dos orejas y una oreja.

Israel Aparicio, de Arenas de San Juan (Ciudad Real), oreja y oreja.

Javier Fernández, de Herencia, dos orejas, más dos orejas y rabo.

Los tres intervinientes no se dejaron nada en el tintero, los chavales salieron a rompecalderas, como deben salir los novilleros y cada uno mostró en su actuación su forma de concebir el toreo, su forma de torear, su preparación y su experiencia.

Raúl Puebla, en su primero no se acopló; estuvo demasiado encimista y el novillo quería recorrido, aunque al final de la faena entendió mejor a su oponente. En el cuarto, su segundo, mejoró bastante, dando sitio y recorrido al de Alcurrucén, al que toreó despacio y más templado, lo que no hizo a su primero. Sacó mejores maneras y estuvo más sobrio y mejor. Cosa que transmitió a los tendidos.

Israel Aparicio, vimos al de Arenas muy preparado y más toreado que sus acompañantes. Nos confirmó en Herencia sus buenas formas y maneras de torero bueno, con temple, ritmo, altura; y sobre todo, lo despacio que hace las cosas. En Herencia le faltó arrimarse y cruzarse, toreó demasiado retirado, pues los novillos eran de dulce, amigo, y eso hay que aprovecharlo y arriesgar un poco más. No obstante, cuajó dos faenas con arte, con profundidad y con largura, que no es poco. Nos gustó el de Arenas.

Javier Fernández, el torecantano había levantado expectación entre sus paisanos y el ambiente lo tenía a favor. Le vimos en modo novillero, valiente y arriesgando mucho; y además, toreando bien, aunque haciendo todo demasiado deprisa. Solo lleva toreados tres festejos y es normal que se produzcan ciertos desajustes estéticos y más en su plaza, donde el corazón va más deprisa que la cabeza. El torero tiene una cosa fundamental: es valiente y muy joven, lo demás se aprende con el tiempo. El sábado, en su pueblo, consiguió lo que buscaba, cortando cuatro orejas y rabo. Seguro que este triunfo le dará ánimos para seguir haciéndose torero.

Hay que resaltar la buena novillada de Alcurrucén, fue muy noble, además con cuajo y buen juego para los toreros.Así como el buen ambiente, favorecido por el Ayuntamiento, a cuyo alcalde, Sergio García, vimos en los tendidos, junto a otras autoridades.

También mencionar la bueyada infantil del viernes, incluida en el programa de Ferias, para el disfrute de los más pequeños.

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