FESTIVAL SIN PICADORES
Erales de Eusebio Naranjo, deslucidos.
Rubén Marín (rejones), vuelta.
Fernando Tendero, oreja y dos orejas
Javier Fernández, dos orejas y oreja
Por Víctor García.
Domingo, 22 de septiembre, Festival mixto sin picadores en Herencia con motivo de las Ferias y Fiestas 2024 en honor de Nuestra Señora de La Merced, con tres cuartos de plaza de entrada, se lidiaron novillos de Eusebio Naranjo para Fernando Tendero, matador de toros, Javier Fernandez, novillero sin picadores; y un hermoso ejemplar para el rejoneador Ruben Marín que abrió plaza.
Empezó su faena el rejoneador, Rubén Marín, con un precioso caballo español de saludo. El publico agradeció la entrega del jinete y el buen hacer de sus caballos, ya que presentó una cuadra perfecta y caballos para todas las suertes. Puso las rosas con desigual ejecución y banderillas al violín que no quedaron mal, pero fue con el rejón de muerte con el que no estuvo acertado y perdió los trofeos. Aún así, el público agradeció su entrega con una vuelta al ruedo.
Fernando Tendero. Torero que tomó la alternativa en el 2010 en Cenicientos (Madrid). Con presencia y dominio. Creemos que merece más carteles. Le tocó en suerte un toro negro zaino cuatreño, bien presentado, con el que Fernando tuvo ocasión de demostrar sus dotes de matador, aunque la espada no le permitió rematar la faena. A su segundo, un toro colorao con carrera y rompiendo en tablas con agresividad, no tardó el maestro en meterlo en el cesto, dando los mejores pases tanto con el capote como con la muleta. Se ve a la legua que es un dominador del arte de cuchares y resulta una pena que el respetable no pueda disfrutarlo en otras muchas plazas. Cortó una oreja a su primero y dos orejas, al segundo, arriesgando mucho y saliendo por la puerta grande.
Había expectación por ver al joven novillero sin picadores, Javier Fernández, enfrentado a los dos oponentes que le tocaron (por cierto, cuántos picados no tienen los kilos y presencia que tuvieron estos). Empezó toreando elegantemente con el capote, con una presencia que para torear poco llenó la plaza de toreo. Con la muleta tuvo mucho valor, pero también nervios, pues estar en casa ante su público supone una gran responsabilidad. Dió varias tandas toreando muy bien al natural, adornándose y gustándose. Magnífico novillero que ya pide.con picadores. En su segundo, hizo taparse los ojos a la patrona, lo esperó parsimonioso a puerta gayola, dándole una larga cambiada y jugándoselo todo para brindar a sus paisanos. Con el capote, como si abanicara al toro, ni qué decir tiene cómo estaba su gente. Con la muleta también, arriesgando y jugándose la vida ante un toro al que gustaba más el traje que el capote. Sufrió, en un momento de confianza, un enganchón tremendo, pero como si de un guerrero se tratara se levantó de un salto, buscando la muleta y gritando la frase tan taurina "Dejarme solo". Siguió bregando y tuvo otra cogida. Bien puede decirse que lo protegió nuestra Señora de La Merced. Con los pantalones rotos, descalzo y la cabeza alta, buscó de nuevo su muleta, dio cuatro o cinco muletazos de sabor, de héroe y mató de estocada un poco trasera.
En resumen, un Festival entretenido, en el que maestro y alumno aventajado salieron a hombros y por la puerta grande. MÁS CORRIDAS PARA ESTOS ARTISTAS.